Un estudio de la
Universidad de Cornell y
Universidad de Melbourne revela que la tasa mortalidad aumenta cuando se accede a la prejubilación. La clave está en la salud del trabajador. Cuando se tiene mala salud se tiende a retirarse antes, pero distintos informes indican que el desarrollo laboral influye en el bienestar personal.
Maria Fitzpatrick y Timothy Moore, autores del estudio, aseguran que las prejubilaciones tienen "un impacto inmediato y negativo" sobre la salud. Llegan a la conclusión de que si un trabajador opta por la prejubilación, hay más posibilidades que muera de forma prematura.
Para jubilarse y solicitar los beneficios del Seguro Social en EEUU, de debe tener al menos 62 años. Sin embargo, a esa edad recibirá una menor cuantía que si se jubila a los 67 años, cuando se tendrá la pensión al completo. Según los datos que manejan, un tercio de los trabajadores optan por la prejubilación, a partir del primer año al que tienen derecho.
Para este grupo de población, el riesgo de mortalidad aumenta de media un 20%. El documento señala que el fenómeno puede estar vinculado en parte a problemas de salud existentes que obliga a algunos trabajadores a dejar de trabajar antes.
El estudio resalta que también influye el sexo, grupo demográfico y zona geográfica. Los autores explican que la salud mental de los hombres está más vinculada a su vida laboral. Pero lo más determinante es el estado de salud. Hasta el punto de señalar que las personas que siguen trabajando con deterioro de salud alargan más su vida. "A pesar de que no están sanos, habrían vivido más tiempo si no se hubieran jubilado", ha explicado Fitzpatrick, en una entrevista en Huffington Post.
Una posible explicación es que el empleo es un componente clave de la identidad de las personas que les proporciona importantes recursos financieros, psicosociales y cognitivos, según otro estudio de hace dos años de Chenkai Wu y Robert Stawski de la
Oregon State University. Los autores destacan que la jubilación podría ser un evento estresante de la vida, lo que lleva a la "ansiedad y depresión" entre las personas que de repente no tienen estructura o propósito en su existencia cotidiana. Tal estrés se ha asociado durante mucho tiempo con una salud por motivos económicos, en la literatura científica.
"Reducir los beneficios de jubilación anticipada, proporcionar incentivos sociales y económicos para prolongar la vida laboral, y promulgar políticas para posponer la jubilación pueden ser beneficiosos para la salud de las personas", concluyeron los investigadores.
Actualidad Laboral / Con información de El Economista