La creación de un impacto positivo y duradero en tu equipo no provendrá de recompensas aleatorias aquí y allá, o por actividades trimestrales de formación de equipos. Los empleados inteligentes ya no se inspiran en el tokenismo (inclusión simbólica). Buscan un sentido más profundo de cumplimiento y alineación en su trabajo, pero sobre todo en su líder.
Tu filosofía interna sobre cómo deben tratarse las personas impulsa tu comportamiento de liderazgo y calibra el grado de impacto positivo, que tienes en tu equipo. Al ejercer una fuerte inteligencia emocional, tus hábitos y conductas diarias reflejarán valores de confianza, estímulo, autoconciencia y colaboración. Trabajando bajo tales principios es probable que tu gente se sienta apoyada y segura, y también que la cultura positiva en el lugar de trabajo se mantenga tanto durante las tormentas como en los días soleados.
Aquí hay cuatro hábitos diarios que tendrán un impacto tan positivo en tu equipo que funcionará como una máquina bien engrasada, incluso sin ti:
1- Reconoce a tu equipo al comienzo del día y dile que estás ahí para apoyarlos
Las recompensas y los reconocimientos se dan después de un trabajo bien hecho. ¿Qué pasa si inviertes el orden? ¿Si inspiras e invitas a tu gente a aprovechar al máximo su día para disfrutarlo antes de que se desarrolle? Cuando estabas aprendiendo a andar en bicicleta, no importó lo que sucedió la primera vez que retiraste las ruedas de entrenamiento. Mamá o papá estaban allí para tranquilizarte, alentarte, animarte. Te montaste en su confianza para entrar en lo desconocido, dar lo mejor de ti y ponerte a prueba. Tenías apoyo incluso antes de empezar.
Los miembros de tu equipo probablemente no sean niños. Sin embargo, piensa en esto: ¿les das un grado de amor incondicional y profesional? Recibirlo creó niños sanos; complementó nuestro feroz sentido de la aventura para poner a prueba nuestros límites. Como adultos, este enfoque todavía tiene un impacto increíble en nosotros. Contrario a proporcionar asistencia de forma correctiva cuando algo sale mal, ¿podrías inspirarlos a franquear la puerta con más confianza al comienzo del día?
Si sabes que tus empleados tienen mucho trabajo, pídeles que analicen sus fortalezas y la capacidad que pueden alcanzar sus habilidades. Ayúdales a reconocer que tienen algunos desafíos difíciles por delante. Recuérdales el apoyo que tienen disponible y entrega esos recursos. Podría ser un simple registro para ver cómo transitan a lo largo del día, o comprarles el almuerzo porque sabes que el tiempo es extremadamente limitado para ellos. Demuestra servidumbre en apoyo de tu gente.
2- Hazte presente y da la batalla codo a codo con ellos
Aquellos líderes y gerentes que son los mejores para resolver los problemas de su equipo y lograr un alto rendimiento conocen a su gente. Pueden y saben cómo empatizar fuertemente con sus experiencias de equipo. Aprecian cómo se siente el rechazo de sus vendedores. Defienden a sus empleados que son despreciados y acosados por clientes y consumidores.
Cuando estés preparado para declarar de manera transparente tus valores y ética, para defender a tu gente y a sus principios, no para pavimentar tu propia agenda y tu propia justicia, los miembros de tu equipo recordarán cómo los hiciste sentir. En el futuro, cuando les pidas que participen en un desafío particularmente agotador, estarán dispuestos a luchar también por ti. Algunas de las limitaciones de las jerarquías organizacionales se desmoronan para mejorar al equipo, y tu equipo tiene oportunidades para mostrar verdaderamente de qué está hecho.
Si estás pasando por la recepción y puedes ver que tu recepcionista está ocupada atendiendo a otro cliente, ¿podrías contestar el teléfono? ¿Estarías dispuesto a recoger y entregar parte del correo y entregarlo camino a tu oficina, incluso si eres un alto ejecutivo? ¿Qué te parece traer un café para tu asistente ejecutivo al regresar de una reunión de almuerzo, en lugar de darle cinco minutos adicionales para salir y tomar uno?
¿Qué pequeña actividad podrías realizar cada día que haga sentir a los miembros de tu equipo y darse cuenta de que estás en contacto con ellos y lo que hacen?
3- Habla de lo que crees, no solo de cifras y números
Cuando las conversaciones cosquillean tanto la mente como el corazón, se crean mayores vínculos entre los miembros de una comunidad. Sin compartir tus secretos más oscuros o derramar lágrimas, sé sabio y considera compartir lo que te frustra, te enoja y te entristece tanto como lo que te agrada. Pero, ¡ojo! No te limites a compartir tus ideas. Pide y escucha las de tu equipo.
Sé prudente acerca de qué tan transparente eres y cuándo. Sin embargo, cuando la gente ve y puede sentir que eres humano y los aceptas como humanos, se relajan y se sienten menos preocupados por ser ellos mismos en su trabajo. Se sienten más libres para rendir al máximo.
4- Anima y crea oportunidades para que tu gente crezca, aprenda y mejore por sí misma
Carol Dweck, psicóloga social de la Universidad de Stanford, lleva mucho tiempo investigando y compartiendo resultados que ilustran el impacto positivo que nutre una mentalidad de crecimiento en la confianza, el rendimiento, la creatividad y la productividad. Las inversiones en oportunidades de aprendizaje y capacitación que no se ajustan adecuadamente, que no están bien planificadas ni bien programadas pueden ser una pérdida de tiempo y dinero. Asignar personas a la capacitación cuando su motivación y su deseo de mejorar no están presentes, es imprudente. Puedes llevar un caballo al agua, pero no puedes hacer que beba.
No toda tu gente está motivada para aprender. No todos desean mejorar sus activos intelectuales y habilidades técnicas. Algunas personas simplemente no tienen metas en el lugar de trabajo, por no hablar de metas en absoluto. Está bien. Sugiere que terminen cada día revisando tres cosas que saben hoy que no sabían ayer. Pídeles que piensen de esta manera, y comenzarán a disfrutar de esta forma de pensar ampliada.
Si los empleados tienen intereses en mejorar o aprender actividades no relacionadas con su trabajo, hay beneficios en hacerles espacio. Imagina regalarle un paquete de clases a un empleado que quiera aprender a bailar salsa. Realiza una actividad en la que está personalmente interesado y que mejora su bienestar físico, mental y emocional. Él/ella es más feliz en el trabajo y se está desempeñando mejor. Esa experiencia está conectada contigo y el lugar de trabajo. Imagínate lo apreciado, personalmente reconocido y valorado que se sentiría ese empleado.
Si bien la práctica real de los empleados de Google que dedican el 20% de su tiempo a proyectos personales está en duda sobre si esto realmente sucede, su ex jefe de recursos humanos, Laszlo Bock, explica que hacerlo o no, en realidad no es importante. El permiso se otorga con el objetivo de que los empleados desaten su creatividad para su propio beneficio. Abre la puerta y deja que deambulen, aprendan y sean creativos. Seguramente van a vagar, pero, debido a lo positivo que es su lugar de trabajo, volverán.
Actualidad Laboral / Con información de Entrepreneur