Puede que no sean las actividades que mejores salarios ofrecen ni tampoco las que tengan las condiciones laborales más atractivas, pero son para muchos su contacto inicial con el mundo laboral. El 40% de la población que accede a un primer trabajo lo hace a través del comercio y la hostelería, según el Observatorio Trimestral del Mercado de Trabajo, publicado esta semana por Fedea y BBVA Research.
"Está muy por encima de lo que representan en el empleo total en España", puntualizó el investigador asociado de Fedea, Florentino Felgueroso, durante la presentación del estudio.
En concreto, la hostelería fue la puerta de entrada para un 23% de los nuevos cotizantes a la Seguridad Social en 2023. Ese año, un millón de personas se dieron de alta por primera vez, una cifra que no se recordaba desde 2007, antes de la Gran Recesión.
Tanto la hostelería como el comercio, aunque en mayor medida el primero, son sectores que permiten compatibilizar el estudio con un primer empleo a tiempo parcial, también por el tipo de contrato que ofrecen. Felgueroso admite que se trata de trabajos precarios, "sobre todo en materia de horas, de jornadas laborales", pero resultan importantes para la economía española y, también, para los trabajadores que se inician en el mundo laboral.
"Los jóvenes no tienen un capital humano genérico, no han demostrado a nadie que saben y que pueden trabajar, que son capaces de levantarse y llegar a su hora al trabajo (...). Estos sectores son una puerta de entrada, que otorgan un capital humano genérico, una experiencia laboral que luego se va a valorar en el siguiente trabajo", apuntó el investigador.
Desde Fedea también detectan que la incorporación a estos sectores ha cambiado desde la reforma laboral de 2021. Antes de esa fecha, el 80% de la población entraba con un contrato temporal, mientras que ahora cerca del 65% lo hace con un contrato indefinido ordinario o fijo discontinuo.
Aumenta la participación de extranjeros
De 2007 hasta ahora, el perfil de las personas que acceden a un primer empleo ha cambiado mucho. En este tiempo, ha aumentado la participación de los extranjeros que consiguen su primer empleo legal en España, aunque no llega a los niveles de entonces, cuando se produjeron importantes regularizaciones de inmigrantes.
En la actualidad, si se suma el número de extranjeros que encuentran su primer empleo legal en España con el de los de nacionalidad española nacida en el extranjero, su peso supera el 50% de las nuevas personas empleadas. Mientras que los españoles que se inician en el mundo laboral carecen de experiencia previa, los inmigrantes presentan "realidades muy distintas".
"Muchos ya vienen con experiencia laboral propia en el país", recordó Felgueroso.
Esto explica por qué sus salarios de entrada al mundo laboral son superiores a los de los españoles. Aunque no hayan trabajado nunca en España, en sus países de origen ya contaban con cierta trayectoria laboral, por lo que el punto de partida para ellos es algo más avanzado.
Además, como recuerda Felgueroso, muchos de los inmigrantes que llegan a España cuentan con formación académica. "Hay personas que migran, que aun teniendo empleo y un salario razonable prefieren venir aquí, prefieren trabajar en España porque tienen mejores salarios y más estables", añadió.
Retraso en la incorporación al mundo laboral
Los españoles que se incorporaban al mercado laboral en 2007 y en los años anteriores, en muchos casos, ni siquiera habían concluido la ESO. Era la época de la burbuja inmobiliaria y trabajar en la construcción ofrecía un presente acaudalado y un futuro prometedor. Hasta que llegó la crisis.
En los últimos años, la tasa de abandono escolar se ha reducido y el periodo de formación se ha alargado, con carreras, másteres o estancias en el extranjero. Todo eso ha ido postergando la edad a la que los españoles se incorporan al mundo laboral.
"La gente joven accede con más formación y, lógicamente, tiene que retrasar su edad de incorporación", puntualizó el responsable de Análisis Económico de BBVA Research.
El porcentaje de españoles con un nivel educativo bajo que se incorporaba por primera vez al mundo laboral se movía entre el 50 y el 60% antes de la Gran Recesión. Hoy queda en el entorno del 30%, aproximadamente.
No obstante, los españoles en ese grupo siguen siendo numerosos, junto con el de población extranjera y nivel educativo bajo. En Fedea, señalan que se debe a que "algunos jóvenes tienen una experiencia laboral antes de finalizar sus estudios".
"Aunque haya aumentado en los últimos años la proporción de personas que trabajan y estudian a la vez, sigue siendo muy baja en comparación con otros países de Europa o con países que tienen FP dual", precisó Felgueroso.
Además de observar un retraso en la edad de entrada al mercado laboral, el investigador de Fedea también ha incidido en que, durante los últimos 20 años, "los salarios de entrada de los universitarios se han reducido mucho y no siempre se han recuperado". Esa remuneración depende del ciclo económico en el que se incorporen, pero ha advertido de que los efectos "se pueden llegar a arrastrar durante un tiempo".
Actualidad Laboral / Con información de Business Insider