12-07-2018
El Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (OVCS) documentó
5.315 protestas durante el primer semestre de 2018, equivalente a un promedio de 30 diarias. Esto evidencia un incremento de 8 por ciento si se compara con el primer semestre del año anterior.
En su informe, publicado recientemente, indican que los mes de marzo junio fueron los de mayor índice de protestas, con 1106 y 1122 movilizaciones, respectivamente.
La mayoría de las protestas (84%) se caracterizaron por la exigencia de derechos económicos, sociales, culturales y ambientales, producidas por la falta de políticas públicas efectivas que atiendan los problemas urgentes de salud, alimentación y servicios básicos.
Estados con más protestas
Pese a los riesgos y amenazas que se han observado a lo largo del tiempo, la población venezolana ha alzado su voz de protesta a lo largo y ancho del país. Distrito Capital, Lara y Bolívar repuntan en las demandas.
La protesta social como protagonista en 2018
A diferencia del año pasado que las protestas tuvieron carácter político, las necesidades que atraviesan las familias venezolanas, debido a la crisis económica y emergencia humanitaria compleja, han sido el epicentro de las protestas de 2018. En enero, repuntaron las exigencias por alimentos y a lo largo del año se han distribuido entre derechos laborales, salud y servicios básicos.
Derechos Laborales
Durante el primer semestre los derechos más exigidos han variado pero manteniendo el énfasis en los aspectos sociales y la situación laboral repunta en las manifestaciones de protesta de los ciudadanos.
El OVCS señala que pese a cuatro ajustes que ha sufrido la remuneración básica en los primeros seis meses, bonos para quienes posean el carnet de la patria, incentivos de las empresas privadas para retener el talento; las
2.019 protestas por derechos laborales acumuladas en el mismo periodo, equivalente a 11 protestas diarias, evidencian la preocupación de un sector que exige condiciones de calidad y estabilidad.
El tejido empresarial del país está representado en su mayoría por pequeñas y medianas empresas, sin embargo, sus condiciones de operatividad se han visto cada vez más limitadas en medio del entorno económico en el que les ha tocado sobrevivir, con una hiperinflación que les obliga a reiventarse o desaparecer.
Esto ha traído como consecuencia desasosiego, desmotivación y preocupación entre los trabajadores de distintos sectores, toda vez que no cuentan con los suficientes recursos para atender sus necesidades básicas.
Desde marzo, los trabajadores han protagonizado acciones de protestas para visibilizar la crisis que vive el sector, representado por unas 13 millones de personas según la última información suministrada por el Instituto Nacional de Estadística (INE) en 2016.
Alerta el OVCS, "que la crisis en la que está sumida el sector laboral tiende a agravarse, en vista de que no se observan correctivos en la política económica nacional".
No descartan la paralización de actividades de algunos sectores, por insuficiencia de salarios que compensen sus necesidades; proliferación de actividades cada vez más informales como alternativa de otras fuentes de ingresos y el crecimiento de la migración forzada, dejando al país desasistido de mano de obra calificada.
Los trabajadores del sector salud y estudiantil han sido los más activos en las protestas. Al momento de la presentación de este informe, radicalizaron sus acciones y se declararon en un paro extendido por varios días, como medida de presión ante los bajos salarios que devengan los profesionales y personal obrero. Sin contar las condiciones de trabajo a las que son sometidos por falta de insumos, infraestructura, salubridad, dotación y seguridad de los centros hospitalarios a nivel nacional.
En el caso del sector universitario, insuficiencias presupuestarias y fallas en las providencias estudiantiles son parte de las causas de la deserción de estudiantes, profesores y empleados universitarios, quienes difícilmente pueden asumir los costos de transporte, comida, útiles escolares y matrícula.
Los sindicatos, federaciones y representaciones gremiales se han mantenido activas y en alianza para fortalecer las protestas sociales, a pesar de las amenazas y las condiciones vulnerables en sitios de trabajo. Ha sido el caso del sector universitario y salud.
Otros trabajadores de empresas públicas y privadas, así como transportistas, también han estado al frente de las protestas para exigir condiciones de trabajo, insumos, materia prima.
Conflictividad en Venezuela Primer Semestre de 2018
Actualidad Laboral