Los derechos laborales de los trabajadores se recogen, principalmente, en las diversas leyes del Trabajo y en los convenios colectivos del respectivo país. Pero, no es extraño que en muchas ocasiones, sean vulnerados o se apliquen malas prácticas en los departamentos de Recursos Humanos o por la dirección de la empresa, pensando que con estas acciones se incrementará la rentabilidad de la empresa; sin embargo, en muchas ocasiones, el efecto es el contrario.


La tendencia actual de los departamentos de Recursos Humanos es intentar buscar y retener el talento en la empresa; algo que se vuelve crítico en empresas tecnológicas, en las que la competencia por determinados trabajadores con competencias específicas, deja atónitos a trabajadores de otras empresas que observan con envidia unas condiciones laborales que ni tan siquiera se atreverían a soñar.


Conseguir que los Recursos Humanos que integran la plantilla de la empresa, hagan de esta una organización rentable para sus propietarios, es una de las finalidades de RRHH. Sin embargo, hay 5 líneas rojas que no se deben cruzar en este camino:


Tratar a los trabajadores sin la consideración debida a su dignidad




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Los trabajadores son personas a las que se debe tratar, con el mismo respeto, que el que le gustaría a uno recibir. La posición jerárquica faculta para dirigir y organizar el trabajo, no para denigrar, acosar, discriminar o faltar el respeto a los trabajadores. Todo el mundo puede cometer errores, tanto trabajadores como directivos, y todos tienen derecho a ser tratados con respeto, incluso en el momento de ser despedidos. No solo es una cuestión ética, también es una cuestión de productividad, ya que si un trabajador se equivoca o no consigue el rendimiento esperado y se le ayuda a conseguirlo, se estará fidelizando al trabajador con la empresa. Pero,  por el contrario, si solo recibe reproches o desprecios se descentrará aún más en su trabajo y su mente estará más ocupada en buscar otro empleo, que en intentar mejorar en el trabajo actual.


No mentiras


Mentir a los trabajadores bajará la motivación de los empleados, que cuestionarán el liderazgo de la empresa y toda promesa formulada por la dirección. Además, todavía hay 8 razones más, por leer abajo, por las que no se debe mentir a los trabajadores.


No discriminarás a tus trabajadores o trabajadoras


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Recientemente, conocimos la noticia de una aceitera de Córdoba, España, que rechazaba pagar atrasos a sus trabajadoras porque el convenio habla solo de «trabajadores». Esta discriminación, aparte de impactar muy negativamente en la percepción que estas trabajadoras pudieran tener de su empresa, ha supuesto un elevado coste de imagen para la empresa, que ha visto cómo esta noticia se hacía eco en importantes medios de comunicación del país y se difundía en las redes sociales.


No permitas que tus trabajadores se mueran en su puesto de trabajo


En países como Japón, Corea del Sur o China no es raro matarse a trabajar. En Japón se llama «karoshi», en China «gnalosi» y en Corea del Sur «gwarosa». Estos países, encabezan los primeros puestos de la lista de fallecimientos de trabajadores por excesos laborales. Tener más horas a los trabajadores en el puesto de trabajo puede suponer que bajen su rendimiento, se consuma más electricidad y que estén más descontentos. La presión sobre los empleados debe ser la justa; en algunos países de nuestro entorno, estar más horas en el trabajo es percibido como falta de competencia para acabar el trabajo a tiempo.


Un despido no es un ajuste de cuentas


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Un despido se pude asemejar al divorcio de un matrimonio; pero, en el caso del despido por parte de la empresa, es esta la que toma la iniciativa para finalizar una relación contractual. Este debiera ser un momento de reflexión, tanto para el trabajador como para los superiores de este, en el cual ambos analicen de una manera positiva qué ha fallado para mejorar. En ningún caso, debe tratarse el despido como un ajuste de cuentas y soltar una retahíla de justificaciones, ni tampoco adoptar una postura de tener tanta pena por tener que despedir al trabajador que tenga que consolar el despedido a quien lo está despidiendo.



Actualidad Laboral / Con información de Labor Social