Vivir en constante preocupación por saber si terminaremos la quincena, con suficiente dinero o si podremos pagar las deudas, no es normal. Poco a poco, y a veces sin darnos cuenta, el estrés financiero afecta nuestra vida familiar, profesional y sobre todo nuestra salud. Es importante aclarar que el estrés no es algo que imagines o solo esté en tu cabeza, en realidad se trata de una respuesta fisiológica inherente a una amenaza. Cuando estás frente a una situación que pone en riesgo tu vida, tu cuerpo entra en modo de “lucha o huida” y produce adrenalina, una hormona que aumenta el ritmo cardiaco, el pulso y la presión sanguínea; lo que te prepara para lanzarte a la lucha, o huir de la potencial amenaza.
Cuando no tenemos control de nuestras finanzas y empezamos a sentir estrés, nuestro cerebro interpreta la situación como una amenaza para nuestra vida; y pone en marcha el mecanismo de lucha o huida. Desafortunadamente, los problemas financieros son una constante, de modo que el estímulo está presente a menudo; y empieza a provocar daños importantes en nuestro organismo, predisponiéndonos a enfermedades mayores.
Hoy te compartimos algunos de los principales efectos que genera el estrés financiero; y, algunas recomendaciones para prevenir o reducir los potenciales daños a tu organismo.
¿Cuáles son los principales efectos que puede generar en nuestro cuerpo?
1- Funciones cognitivas reducidas
Cuando estamos en estado de estrés, nuestro cerebro está en modo de supervivencia, no en modo memoria. Por eso nos volvemos olvidadizos, distraídos y llegan a experimentarse lagunas de memoria, durante acontecimientos traumáticos. Además, el estrés promueve la inflamación, lo que puede llegar a afectar la estructura cerebral, generando otro tipo de enfermedades.
2- Alteraciones gastrointestinales
El sistema nervioso entérico se encuentra en el aparato gastrointestinal y se conoce como nuestro “segundo cerebro”; pues funciona mediante el mismo tipo de neuronas, y neurotransmisores que los del cerebro y la medula espinal. Esta conexión cerebro-intestino explica, por qué cuando una persona se estresa lo suficiente como para desencadenar la respuesta de lucha o huida, comienzan a aparecer síntomas gastrointestinales (como digestión lenta, dolor abdominal, colon irritable, algunas formas de gastritis, náuseas, diarreas, inflamación). Ya que el cuerpo desvía toda su energía para hacer frente a la amenaza percibida.
3- Afecciones en piel y cabello
Cuando enfrentamos un estrés excesivo, podemos experimentar alteraciones cutáneas como descamación, resequedad y comezón; mientras que enfermedades como el acné y la rosácea suelen exacerbarse. Incluso, recientemente investigadores de Harvard descubrieron que, el estrés agudo causa el agotamiento permanente de las células madre; las cuales incluyen a las células madre regeneradoras de pigmento en los folículos capilares, lo que provoca la aparición temprana de canas.
4- Trastornos menstruales
Cuando las mujeres se enfrentan a altos niveles de estrés por periodos prolongados, es posible que los ciclos menstruales sean más dolorosos, irregulares o incluso dejen de presentarse (amenorrea). Situaciones más avanzadas pueden conducir a esterilidad o infertilidad; ya que las hormonas sexuales y las hormonas que se producen por estrés, son reguladas por la misma glándula: el hipotálamo.
5- Sexualidad y sistema reproductivo
De acuerdo con el American Institute of Stress, es frecuente que durante momentos de mucho estrés se pierda el deseo sexual. Cuando el estrés se vuelve crónico, es probable que los niveles de testosterona de un hombre comiencen a disminuir; algo que puede interferir en la producción de esperma, y causar impotencia o disfunción eréctil.
Aunque el estrés te diga lo contrario, ¡sí hay solución!
Ahora que conoces los posibles efectos del estrés financiero, es fácil intuir los riesgos de ignorarlos; eso puede ser mucho más caro a la larga. Y, como sabemos que tomar las riendas de nuestras finanzas personales puede parecer intimidante, pero es necesario para asegurar nuestro bienestar integral. Estos consejos te pueden ayudar:
1- No “huyas”, mejor implementa un método efectivo y da la mejor lucha
Sé proactivo, consulta el origen del estrés y dedica tiempo a trabajar para cambiar la situación. Puedes hacer tu propio presupuesto por escrito: checa lo que ganas, cuáles son tus responsabilidades mensuales y cuáles son tus deudas. Ponerlo todo por escrito te ayudará a enfrentarte a ello. Recuerda que tu salud es tu bien más preciado.
2- Desconéctate
Es imposible escapar del estrés cuando te sigue a todas partes, así que empieza poco a poco y apaga la computadora o el celular. Evita los correos electrónicos, silencia las notificaciones y no te quedes hasta tarde viendo las noticias en la televisión. Tómate 10 o 15 minutos para escapar del mundo a tu manera (leyendo un libro, haciendo yoga, caminando con tu mascota o cenando en familia). Y volver con una perspectiva renovada.
3- Apóyate en la respiración
En esta sencilla y poderosa técnica se realizan respiraciones largas, lentas y profundas, también conocidas como respiración abdominal o del vientre. Al respirar, se desconecta suavemente la mente de los pensamientos y las sensaciones que le distraen.
4- Quema la tensión
El ejercicio es un componente crucial de la gestión del estrés, pues la actividad física puede reducir los niveles de cortisol y ayudar a que te sientas más tranquilo(a). Encuentra una actividad que disfrutes, la idea es que te motive, te desestrese y recargue tu pila.
El estrés y el dinero están estrechamente ligados. Tal vez sientes que la situación te rebasa, o que no cuentas con las habilidades para administrarte mejor, pero siempre hay alternativas. Todos hemos experimentado situaciones difíciles, pero la forma en que manejamos el estrés nos fortalece para seguir adelante. Usa el tip que prefieras y después de un tiempo, revisa si te está funcionando o no. Prueba hasta encontrar lo que te haga sentir menos tenso(a). En caso de que lo requieras, acude con tu médico(a), quien siempre estará dispuesto(a) a ayudarte en el camino.
Actualidad Laboral / Con información de Forbes México