Casi a diario se crean nuevas necesidades en las organizaciones. Y los profesionales deben disponer de una serie de habilidades y conocimientos, que les permitan la consecución de objetivos de manera eficiente. Y es que los resultados de una empresa, dependen de las decisiones de sus dirigentes, pero también del trabajo diario de su plantilla.
Por ese motivo, la educación y el aprendizaje continuo son una pieza fundamental, del engranaje que hace funcionar a las compañías. Para que ellas puedan ser viables y rentables, sus trabajadores deben operar a pleno rendimiento. En este sentido, la formación de las plantillas ayuda a aumentar el conocimiento técnico, las competencias y responsabilidades profesionales. Y también, el orgullo de pertenencia a la compañía.
La empresa gallega del sector alimentación Hijos de Rivera, ha elaborado un listado con las 5 tendencias clave, que debe reunir la formación de empleados en la actualidad; para que sea realmente útil. No hablamos de aspectos “deseables”, sino de elementos clave, imprescindibles, para dotar a los empleados de las herramientas necesarias para el desempeño de su trabajo:
1- Formación transversal
La formación no debe limitarse a unas personas particulares, que necesitan desarrollar determinadas competencias estratégicas. La formación debe ser global y accesible a todos los empleados. Además, compartir conocimiento ayuda a multiplicar el talento de los profesionales, a diversificar sus actividades; y a involucrarles más en el proyecto común de la compañía.
2- Fomentar la cultura de la innovación
La innovación y la creatividad son claves para el desarrollo de las empresas. Contar con empleados disruptivos, con nuevas ideas y enfoques; garantiza que las compañías estén en constante evolución, y puedan marcar la diferencia con respecto a sus competidores. Por ello, es importante involucrar a toda la plantilla en la generación de ideas; y formas de hacer las cosas, para crear cierta cultura de la innovación. Esta actitud va más allá de simplemente cumplir unas tareas marcadas. Ya que se centra en involucrar a todos los empleados, en la búsqueda de nuevas oportunidades para la compañía.
3- Formación bidireccional
La formación ya no puede ser vertical, de los puestos más altos hacia los más bajos. Cada trabajador es único; y tiene unos conocimientos y competencias, que lo hacen especial. Así, los empleados deben tener la oportunidad de formar a otros miembros del equipo; reforzando así la idea del mentoring. En la que cualquier empleado puede actuar como anfitrión de uno nuevo. Y también, poniendo el foco en la escucha y el aprendizaje mutuo.
4- Cocreación
Permite que los estudios se adapten a las necesidades específicas de las compañías, y las personas que las forman. Estableciendo un proceso más participativo y eficaz porque, al participar en el proceso, los trabajadores se muestran más conscientes e implicados con el producto final. Por ese motivo, es importante prestar atención a los procesos de escucha interna; y la inteligencia y acción colectivas. Para mejorar la realidad de la empresa, y la resiliencia de las plantillas ante los contextos complejos.
5- Promover valores como la responsabilidad social
Si la sostenibilidad y el impacto positivo son un reto común, la formación en este campo, también. Debe llegar a todos los empleado,s para que conozcan el problema y sus soluciones. Y se animen a aplicarlas mejor en sus decisiones cotidianas.
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Actualidad Laboral / Con información de Observatorio RH