Se necesita un mes para formar un nuevo hábito y años para seguir repitiéndolo hasta que se convierta en memoria. Estos hábitos influyen en nuestras vidas e informan nuestras decisiones. Ayudan a formar nuestras reacciones hacia las personas y tienen un impacto en aspectos como la visión del mundo y la ética laboral. Pero ¿qué pasa si nuestros hábitos nos impiden activamente ser las mejores versiones de nosotros mismos?
Estos cinco hábitos de trabajo son fáciles de pasar por alto y aún más fáciles de seguir practicando. Sigue leyendo para ver cuáles debes dejar atrás, y por qué te hacen más daño que ayuda.
Agradar a la gente
Uno de los mayores factores que impiden que las personas vivan sus carreras ideales es darle demasiada importancia a las reacciones de la gente hacia ellas. Esto lleva a atender constantemente las necesidades de los demás a expensas de su comodidad y límites, mientras se mantiene a las personas en proyecciones imaginarias. Agradar a las personas es un hábito negativo y es especialmente dañino en el lugar de trabajo.
Según el Berkeley Well-Being Institute, la diferencia entre complacer a la gente y simplemente ayudar es que el primero está más preocupado por un resultado esperado, mientras que el segundo no. Las personas que quieren complacer a otras tienden a cultivar una actitud de “buen tipo”, en la que se sienten con derecho a recibir favores sólo porque son “agradables”.
Es mejor dejar atrás el agrado de la gente para el nuevo año porque esto afecta tu reputación y moral en el lugar de trabajo. Si quieres que tu jefe te vea tal como eres realmente y el valor que aportas, deshazte de este hábito de trabajo.
Decir "Sí" cuando quieres decir "No"
Ya sea para cubrir el turno de un amigo o asumir una carga de trabajo adicional durante el fin de semana, decir esa palabra de dos letras puede parecer como traicionar la confianza de alguien. Pero dar el sí constantemente puede hacer que las cosas sean más estresantes para ti y tu equipo.
El hábito de decir “sí” cuando quieres decir “no” te lleva a sobrepasar tus límites y tu respeto por ti mismo. Incluso si sientes que estás prestando un servicio a los demás, este es uno de los hábitos laborales nocivos que perpetúa el esfuerzo excesivo y la complacencia con aquellos a quienes sirves. Decir sí constantemente también puede provocar un agotamiento severo. Recuerda: nadie puede servir de una taza vacía, y trabajar para agotarse es como golpear la porcelana con un martillo.
Chismes para encajar
Los chismes son fáciles de entretejer en conversaciones sin sentido durante el almuerzo o el café. Pero lo que hace que este hábito sea especialmente dañino es cuando difundir rumores se convierte en una parte constante de tus interacciones en el trabajo. Hablar con colegas se ve teñido de un viso sesgado, que puede comprometer la confianza y tu capacidad para trabajar bien con determinadas personas de tu equipo.
Chismear para encajar es perjudicial y puede arruinar futuras relaciones laborales, especialmente si eres nuevo. Cuando llega a las personas equivocadas, también puede provocar que te despidan. Lo que pasa con hablar de la gente a sus espaldas es que ellos también acabarán enterándose de ello. No vale la pena perder el trabajo y la reputación por expresar negatividad sobre un colega, por lo que es mejor guardarte las cosas para ti.
Trabajar demasiado
No es aconsejable trabajar demasiado, por mucho que las redes sociales y la cultura del “grind” lo glorifiquen. Un estudio publicado por la Facultad de Medicina de Harvard dice que las personas que trabajan entre 50 y 55 horas a la semana son más propensas a sufrir ataques cardíacos, diabetes, obesidad y enfermedades abdominales. Sentirse ansioso por llegar temprano a casa o no tener una fecha límite es una señal de que los niveles de estrés de tu cuerpo son anormalmente altos todo el tiempo que se ha normalizado este hábito.
Además de los factores de salud, trabajar demasiado también compromete la calidad del trabajo. Cuando no te sientes 100% apto para trabajar, es probable que tu resultado tampoco esté 100% listo para enviar. Arriesgar tu salud para cumplir con una fecha límite simplemente no vale la pena, así que deja estos hábitos laborales nocivos atrás en 2024.
Tolerar a un mal jefe
Los malos jefes pueden ser desde mezquinos, ruines y celosos hasta francamente abusivos. Tolerar su comportamiento puede hacer que otros piensen que hacerlo está bien, lo que abre todo un ciclo de acoso laboral y un ambiente de trabajo insalubre. Te roba tu poder y te hace dudar de tu autoestima.
El primer paso es ofrecer comentarios ascendentes de manera profesional y respetuosa para asegurarse de que tu y tu gerente estéis en la misma página. Pero si el comportamiento continúa sin signos de mejora, entonces suele ser mejor buscar otro equipo que se adapte mejor a tus necesidades.
Aguantar el mayor tiempo posible para conservar un trabajo puede parecer la única opción sobre la mesa, pero debes recordar: eres hábil y valioso. Ordena tu kit de herramientas de búsqueda de empleo y busca otra empresa que sepas que te tratará mejor. Tu salud mental vale más que cualquier sueldo.
Actualidad Laboral / Con información de Adecco