El estrés, la ansiedad y la depresión constituyen tres de las patologías más comunes entre los empleados. Las altas cargas de trabajo, sumadas a las largas jornadas y a la tensión propia de los entornos laborales, afectan a nuestra salud mental. Por eso, a pesar de la existencia de modernas técnicas para liberarse de la tensión, como el yoga o los gimnasios, urge que las empresas dediquen algo de atención a este problema creciente.


Una de las cosas que más 'quema' a un empleado no es solo el estrés propio del trabajo, sino tener que lidiar con problemas fuera de él y no encontrar en la empresa, un lugar apropiado para pasar por estos traumas: la muerte de un familiar, un proceso de divorcio o problemas judiciales pueden afectarte en la oficina, incluso, aunque no tengan nada que ver con tu trabajo. Es por esto que, un nuevo enfoque empieza a instalarse entre las empresas para tratar la salud mental: organizan sesiones grupales con trabajadores sociales, subsidian las facturas de terapia de los empleados y les otorgan pluses sin compromiso para que los utilicen en masajes, coachs, vacaciones e, incluso, aceites esenciales, tal y como explica este artículo de Inc.


En su informe sobre los mejores espacios de trabajo de 2019, Inc. recoge varias formas de ayudar al bienestar psíquico y emocional de los empleados:


1- Flexibilidad


"Si deseas invertir en salud mental en el lugar de trabajo, pero no estás seguro de por dónde empezar, una opción es dejar que los empleados elijan. Knotch, una compañía de análisis de marketing de Nueva York, otorga a los empleados un bono mensual de 50 dólares para pagar los gastos relacionados con el bienestar que deseen. Casi todos los empleados de la compañía aprovechan el reembolso, y les gusta poder usarlo para un propósito diferente cada mes", explica Sophie Downes en el artículo.


2- Promover la participación


"Los empleados no siempre aprovechan los beneficios, incluso los servicios a corto plazo para las personas que luchan contra la adicción y otros problemas personales. Esto se debe a que, solo alrededor de la mitad de la población [de trabajadores], tiene conocimiento de que algunos de estos recursos existen", continúa Downes. Esto se puede solucionar de una manera muy simple: "tener un CEO que se abra sobre sus propias luchas con la salud mental. Los empleados verán que las enfermedades mentales no son vergonzosas y pueden tratarse, y es más probable que busquen ayuda antes de que entren en crisis".


3- Facilitar la ayuda


"La apertura de un diálogo en el lugar de trabajo y la enseñanza de estrategias para afrontar los problemas, pueden ayudar mucho a la salud mental de los empleados; pero a veces, las personas necesitan tratamiento profesional. Si bien la mayoría de los planes de seguro médico cubren, al menos, parte de la atención de salud mental, la terapia puede ser costosa, incluso con un seguro; y, puede ser difícil encontrar proveedores que acepten el seguro y que acepten nuevos pacientes", explica Downes.


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4- Contratar a los profesionales


"Otra opción es traer profesionales a casa. En la firma de contabilidad Klein Hall, con sede en Aurora (Illinois, EEUU), todos los empleados tienen acceso a un psicólogo que recibe un centavo de la empresa. La compañía también ha comenzado a traer un coach certificado para trabajar con los empleados al menos una vez al año; tiene sesiones separadas para los gerentes y para el personal de clasificación y archivo".


5- Seguimiento


"Si bien estos programas suenan bien en teoría, puede ser difícil medir su éxito con cierto grado de certeza, a menos que se realice un seguimiento específico de sus resultados". Con ello, se mejorará la atención a los empleados y se podrán prevenir problemas futuros.


Actualidad Laboral / Con datos de La Información