26-09-2024
Ninguno de nosotros está exento de caer en una espiral de deudas. Hoy te daremos algunos consejos sobre cómo manejar tus deudas, y evitar que te generen estrés financiero.

1- Planifica tus finanzas

Haz un presupuesto personal o familiar con el fin de identificar tus fuentes de ingreso, los egresos y las deudas actuales. Realiza un listado de las deudas identificando montos y tasas de interés, para comenzar a adelantar el capital de las más costosas; en muchos casos, suelen ser las tarjetas de crédito y los créditos personales. La eliminación gradual de las deudas te permitirá tener mayor holgura para planes a mediano y largo plazo.

2- Identifica deudas saludables y deudas malas



Comúnmente asociamos las deudas como algo negativo, pero no necesariamente es así. Existen deudas que tienen el potencial de aumentar nuestro patrimonio, o el de nuestros proyectos. Por ello, tomar deudas buenas, con condiciones que podamos absorber de acuerdo con nuestros ingresos en un mediano plazo; nos ayudará a cumplir nuestros objetivos.

Por ejemplo, si eres freelance y debes adquirir una nueva computadora para hacer tus proyectos en menos tiempo y con mayor profesionalismo, pero no tienes el capital para hacerlo. Es saludable financiarte mediante tu tarjeta de crédito, ya que esta nueva computadora podría traer mayores ingresos en el futuro y, con una correcta administración, liquidarás tu deuda en un plazo razonable.

Por el contrario, si nos vamos de vacaciones y nos endeudamos un año completo, para disfrutar una semana vacacionando; eso podría ser contraproducente. Y aquí no aplica la famosa frase “lo bailado nadie te lo quita”. Los satisfactores inmediatos con pagos que no podamos hacer a corto plazo, pueden traernos bastantes dolores de cabeza. No solo estaremos pagando el capital utilizado para las vacaciones, sino también los correspondientes intereses. Es mejor migrar a la frase “con atún, pero en Cancún”. La organización es el pilar para poder crear satisfactores como vacaciones, sin la necesidad de endeudarnos.

Recuerda, no está mal consentirnos a nosotros mismos, pero la moderación jugará un papel fundamental en ello.

3- Las tarjetas de crédito no son un ingreso adicional



Psicológicamente solemos ver las tarjetas de crédito como una extensión de nuestro ingreso; y no como lo que son: una deuda bastante costosa. Adicionalmente, las instituciones financieras nos bombardean con promociones, líneas de crédito, diseños llamativos y colores que dan estatus, como las famosas tarjetas gold, black y platinum. Pero, ¿cómo sacar el mayor provecho sin morir en el intento?

Tener TDC no es pecado; incluso son muy prácticas y tienen bastantes beneficios, si sabemos sacarles provecho. El primer consejo en este ámbito es no aceptar todas las tarjetas que te ofrezcan (un número saludable podrían ser hasta dos). Esto te permitirá tener un mayor control dentro de tus finanzas personales. Y será más fácil recordar una o dos fechas de corte y de pago, que siete u ocho.

Otro punto por considerar es que, si ya te encuentras en un plan para manejar las deudas de tu TDC; cuando comiences a disminuir tu deuda, aprovecha y disminuye la línea de crédito a un monto que sea más manejable. Un monto que te permita pagar cosas como viajes, emergencias o gustos, pero que puedas cubrir en uno o dos meses.

Bajar la línea ayuda a limitarnos. Además, tener un manejo más eficiente de los créditos costosos, podrá apoyar a mejorar nuestro score crediticio, y a acceder a condiciones más atractivas en el futuro. Seamos honestos, a nadie le interesa de cuánto es. Disminuir la línea de crédito es tan fácil como levantar el teléfono, llamar a nuestro banco y solicitar la reducción de esta. Lo importante es no sobreendeudarnos, quitémonos ese tabú de apariencias financieras y empecemos a disfrutar más la vida.

Adicionalmente, si ya tienes una TDC o estás considerando adquirir la primera, busca toda la información sobre el producto, y revisa las ventajas que esta tiene. En algunos casos puedes llevarte gratas sorpresas como: puntos canjeables por productos y servicios, seguros contra robo y garantías extendidas a las compras realizadas con la TDC, seguros de viaje, salas lounge y taxis hacia aeropuertos, garantías de mejor precio o servicios de concierge (muy útiles en aniversarios y fechas importantes). Incluso, si tu nómina la tienes en el banco donde quieres adquirir la TDC, podrías tener tasas preferenciales o exención del cobro de anualidad. Así que échate un clavado y revisa todos los beneficios.

4- Recurre al escuadrón F&F



Esta es una opción recomendable si eres disciplinado y constante. ¿Por qué? Porque recurrir a Family & Friends es un método de financiamiento recurrente entre startups; pero que también puede funcionarte en casos extremos de finanzas personales, donde los intereses son arenas movedizas. Son préstamos de amigos, conocidos o familiares a los que puedes acceder, incluso sin intereses. Pero cuidado, ya que hay una confianza de por medio en los recursos a los que accedes, y esto es invaluable contra una tasa de interés. Por lo tanto, si accedes a ello debes ser sumamente cumplido con tu palabra y, por amor de Dios, no volver a caer en deudas impagables.

5- Consulta a los expertos

Así como cuando te sientes mal anímicamente es bueno ir a terapia, o cuando hay alguna dolencia vas al médico; acostúmbrate a acercarte a los expertos financieros, y tomar una mentoría. Esto te dará mucha claridad sobre el panorama en el que te encuentras, y te permitirá dimensionar la magnitud de la situación. Además, podrás armar un plan de trabajo que te apoye a tomar mejores decisiones. Por lo regular, un mentor no deberá representar a una institución financiera, con el fin de ayudarte sin sesgos institucionales, y ver en función total de tus intereses y necesidades. Recuerda que solo un verdadero profesional te permitirá tomar mejores decisiones, y lograr la plenitud financiera.

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Actualidad Laboral / Con información de Forbes México - Juan Carlos Cruz Tapia