De acuerdo con la reciente encuesta de liderazgo millennial de The Hartford, hoy en día el 80% de los millennials se consideran líderes. Sin embargo, solo el 12% de la generación Y tenía funciones de gestión en 2013; y menos de un tercio de la muestra de The Hartford informó que actualmente son líderes empresariales. “Los millennials creen que pueden dirigir desde cualquier posición en la que estén”, explicó Lindsey Pollak, experta en millennials y autora de Becoming the Boss (Convirtiéndose en el jefe).
Si eres ambicioso pero estás atascado en el nivel 1, a continuación hay seis razones por las que posiblemente no asciendes en tu trabajo:
1- Trabajas de más
Slade Sundar, director de operaciones de Forte Interactive, observó que trabajar de 60 a 80 semanas, en realidad “devalúa el trabajo que realiza un empleado, porque cambia la medición de resultados y calidad, a tiempo y cantidad”. Cuando el desempeño de una empleada se mide simplemente por el tiempo que dedica, parece más barata y prescindible: “alguien que está dispuesto a hacer el doble del trabajo por la mitad del salario”. Promoverla, por lo tanto, irónicamente se opondría a los intereses de la empresa. Como resultado, los empleados con exceso de dedicación son “recompensados” no con una promoción sino con más trabajo por el mismo salario.
Por otro lado, una encuesta reveló que el 71% de los gerentes no promovían a los empleados porque no estaban dispuestos a asumir responsabilidades adicionales. Jennifer Dulski, presidenta y COO (Jefa de operaciones) de Change.org, especuló que los empleados que se ofrecen como voluntarios para realizar trabajos fuera del alcance de sus funciones, son “los que tienen más probabilidades de ser promovidos”. Cuando estés considerando cómo equilibrar la administración de tu tiempo con las nuevas responsabilidades, pregúntate dónde podías demostrar mejor tu capacidad de liderazgo y resolución de problemas. Sundar explicó: “ya no contratamos personas para crear widgets, contratamos personas para resolver problemas. Los fabricantes de artilugios son prescindibles, los solucionadores de problemas no lo son”. Para promocionarte, escribió Sundar,” tendrás que demostrar que eres más que un simple empleado muy trabajador”.
2- No eres curioso
La cualidad menos atractiva en un empleado, o en cualquier otra persona, es pensar que lo sabes todo. Si eres propenso a ser un sabelotodo, comienza a hacer preguntas. El famoso ejecutivo de Silicon Valley, Guy Kawasaki, escribió en su blog que la clave para una gran discusión es “hacer buenas preguntas y luego callar”. Si haces que otros hablen, “irónicamente, serás recordado como una persona interesante”. Luego, haz tu tarea una y otra vez. El liderazgo es “cosa de 10,000 horas”, dijo Pollak. Requiere “querer leer y aprender y sentir curiosidad por el tema, amar lo que estás hablando”. Si no sabes por dónde empezar, sugiere Pollak: “aprende observando a las personas que son buenas en eso. Toma clases, aprende a hablar en público, observa conversaciones difíciles”. La curiosidad es, en esencia, un producto de compromiso. Si empiezas a sentirte aburrido por tu investigación, esa es una señal de que debes elegir otros rumbos.
3- Estás de acuerdo en todo
Los investigadores de la Universidad de Notre Dame descubrieron que los empleados menos agradables ganaban un promedio de 18% más, anualmente, que sus compañeros de trabajo amables. Aquellos que demostraron rasgos más agradables, por el contrario, tenían menos probabilidades de recibir ascensos. La investigación también muestra que tendemos a pensar que los hombres agradables son los peores líderes. ¿Por qué?
Art Markman, director y fundador del programa: En las Dimensiones Humanas de las Organizaciones de la Universidad de Texas en Austin, explica que “si bien algunos gerentes pueden querer rodearse de personas que están de acuerdo, la mayoría quiere a quienes encontrarán las fallas en un plan, antes de que se implemente”. Las personas menos agradables ofrecen este escepticismo, tan necesario. Si tiendes a complacer a la gente, Markman sugiere considerar posibles fallas en las ideas que se te presenten en el trabajo. O que internalices esto: estar siempre de acuerdo no to convierte en un buen empleado o en una buena persona.
4- No estás entrenado
Muchos millennials no avanzan porque están dando prioridad a la capacitación incorrecta. En el estudio de The Hartford, los millennials deseaban menos la capacitación en comunicaciones orales y escritas; pero, los empleadores constantemente clasifican estas habilidades como las que más necesitan los de esta generación. Determina qué habilidades necesitas para el rol de liderazgo que buscas. Luego encuentra la forma de adquirirlos. David Goldin, fundador y CEO de Capify, dijo a Business Insider que los millennials que quieren ser promovidos deben buscar ayuda de manera proactiva. “Demuestra que quieres aprender”.
Por supuesto, los empleadores también desempeñan un papel fundamental en la capacitación de su fuerza laboral. Markman dijo: “las organizaciones más exitosas son aquellas que promueven el aprendizaje a lo largo de una carrera”. Si solicitas capacitación repetidamente y tu organización no cumple, es tiempo de dejarlos ir.
5- Estás pegajoso
Los empleados a menudo piensan que consultar o resolver dudas con sus supervisores, de forma constante, es algo concienzudo (una habilidad fundamental para el éxito, como se ha dicho anteriormente). De hecho, es un signo de neuroticismo, que se asocia con el éxito profesional comprometido, la inestabilidad emocional y la falta de potencial de liderazgo. De manera más inmediata, el registro continuo refleja la inseguridad y la falta de autosuficiencia.
Algunos empleados ansiosos, según un estudio, utilizan el trabajo para satisfacer las “necesidades no alcanzadas de amor”. Los gerentes, a su vez, pueden encontrar este apego “aversivo y buscar distanciarse del instigador”. En resumen, es lo último que debes hacer para obtener una promoción.
Es posible que reconozcas este escenario: tu jefe odia cuando no te registras, “toque y listo”, como algunos lo llaman, pero luego se queja de que no puedes pensar por ti mismo. La solución es describir exactamente lo que vas a hacer. Esto requiere preparación. Incluso si se trata de una pequeña tarea, considéralo como una presentación. Programa una reunión con tus gerentes, presenta cómo vas a abordar este proyecto/tarea específica y obtén su aprobación en cada punto. Tendrás un seguimiento explícito de tus deberes y así podrás confirmar qué harás x, y, z. Entonces, aquí está la clave: no vuelvas a revisar hasta que hayas terminado de la manera que se acordó.
6- Estás solo
Si no te estás muriendo por la atención de tu jefe, puedes sufrir el problema opuesto. Como explicó Markman, “somos una especie fundamentalmente social. Tenemos éxito principalmente debido a nuestra capacidad de aprender de los demás". Muchas veces, puedes resistirte a recibir ayuda externa porque te sientes intimidado por el concepto de “mentor” elusivo. Pollak admitió que tener un mentor, a menudo, no es realista. “Creo que es demasiada presión pedirle a alguien que sea mi mentor”, dijo. Markman, igualmente, desconfía de los mentores asignados. “La tutoría es mucho más efectiva cuando crece orgánicamente”.
En cambio, Pollak prefiere tener una junta de asesores y una colección de personas que la inspiren. “Hay tantas opciones para conectar con la gente”, dijo Pollak. Mientras que Markman aconsejó: “encuentra tiempo para salir a tomar un café… Haz preguntas. Averigua qué libros están leyendo. Obtén consejos sobre cómo manejar situaciones difíciles”. Muchas personas pueden actuar como mentores sin siquiera saber que sirven para ese propósito.
En pocas palabras, aquí hay algunas acciones que te ayudarán a avanzar en tu carrera:
- Busca entender y dominar tu campo y tu rol.
- Deja de marcar el reloj y empieza a resolver problemas.
- Evalúa los hechos y defiende tu opinión informada.
- Busca orientación y luego demuestra autosuficiencia.
- Rodéate de personas inspiradoras y aprende de ellas.
- “Creer que eres un líder es una cosa”, dijo Pollak. “Actuar como uno es otra”.
Actualidad Laboral / Con información de Forbes México - Caroline Beaton