España es, junto a Japón, el país con una esperanza de vida más alta. En principio, esta es una buena noticia pero, puede no serlo tanto si se tiene en cuenta que la calidad de vida va acompañada de una buena economía, que en muchos casos no es posible. Desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) lanzaron este miércoles un informe que confirma esta hipótesis y revela, que tres de cada cinco españoles (64%) menores de 65 años cree que el dinero no le alcanzará para cubrir sus necesidades futuras, por lo que la mitad ahorra en una cuenta corriente y, cuatro de cada diez asegura tener un plan de pensiones.
El estudio de la OCU destaca que, una de las principales conclusiones es que los españoles de mediana edad (entre 45 y 64) imaginan su vejez de forma más negativa, a como la ven quienes ya han llegado a ella. Por ejemplo, los encuestados entre 45 y 64 años puntúan de manera anticipada su futuro con una valoración de 66 sobre 100, una cifra bastante inferior al 81 que los de mayor edad otorgan a su calidad de vida global.
Y las perspectivas económicas son un factor determinante para plantear la vejez de forma más o menos positiva, entre las personas de mediana edad. Según la encuesta de la Organización, cuanto más acomodada se prevé la situación financiera, mejor se imaginan los demás componentes de la calidad de vida; incluso, aquellos que nada tienen que ver con el dinero, como el grado de movilidad.
Vivir en una residencia
Sobre su futuro, solo el 2% de los españoles contempla la posibilidad de ir a una residencia, mientras se mantenga con buena salud; pero entre los de mediana edad, el 42% asegura que acudiría a ella si se encontrara en una situación de dependencia. Asimismo, a medida que aumenta la edad de los encuestados, este propósito desciende: solo el 26% de los encuestados de más de 75 años desea ir a una residencia si se convierte en dependiente, y la mitad manifiesta no querer dejar su hogar, pese a todo.
Aunque la mayoría prefiere contar con la familia en su vejez si son dependientes, tres de cada diez españoles descarta esta posibilidad. Según OCU, esta última intuición coincide con la situación real de gran parte de los mayores de 65 años que tienen alguna dificultad para desenvolverse, pero que sin embargo carecen de ayuda familiar. Entre los motivos que señalan estos mayores para justificar esa situación están, el deseo propio por no querer molestar a sus allegados, la distancia con el domicilio de sus familiares o su falta de tiempo.
Actualidad Laboral / Con información de América economía