El regreso a la plena actividad de las empresas está muy cerca en un amplia diversidad de países, la tentación de emular lo que existía antes es mayúscula, pero la oportunidad radica en tomar consciencia de que regenerar los modelos de negocio no solo es posible, sino necesario. Esta es una oportunidad de liberar el tiempo y esfuerzo que se dedicaban a actividades que han demostrado ser superfluas para centrarlo en prácticas que, pese haber nacido en el seno de la crisis, apuntan potencial para el rediseño del presente y la proyección del futuro.
Es cierto que no es una tarea fácil, pero hay fórmulas que pueden ser de ayuda para conseguirlo. Desde la metodología Pentagrowth para el diseño de modelos de negocios disruptivos, hemos identificado cuatro quick-wins que pueden ser clave para ayudar a las organizaciones a ganar viabilidad y velocidad en la salida de la crisis:
Activar todo lo disponible. Los hábitos empresariales han cambiado y, con ellos, han emergido recursos que hasta ahora permanecían ocultos: desde nuevas capacidades de las personas a nuevos usos para activos especializados. El reto ahora es integrar estos nuevos recursos y, a la vez, imaginar cómo poner en valor los que quedan infrautilizados en negocios adyacentes.
Aligerar la cadena de valor. No solo nuestras organizaciones han generado nuevas capacidades, sino que también lo han hecho nuestros clientes y usuarios. A su vez, son muchos los activos que van a estar disponibles o abiertos en el futuro inmediato. Tenemos la oportunidad de revisar de manera sistemática los procesos de producción y generación de la oferta comercial de nuestras organizaciones. Una nueva relación entre esfuerzo interno y externo permitirá aligerar y hacer más eficiente la cadena de valor.
Acelerar la transformación. La cooperación institucional, empresarial y ciudadana ha demostrado ser más valiosa que nunca en la resolución de situaciones críticas. Debemos aprender de ello para construir un ecosistema conjunto de generación de valor que sirva como referente a otros mercados. Anticipar las herramientas y funciones que serán necesarias pasará por entender qué estructura de agentes existentes, nuevos agentes y startups tienen potencial de éxito en este entorno.
Fortalecer la resiliencia. De una vez por todas, las empresas hemos llegado a la conclusión de que dependemos de las comunidades con las que compartimos presente y futuro. Grupos ciudadanos, comunidades y asociaciones han ratificado su valor para asegurar la supervivencia empresarial. Ahora nos toca a nosotros decidirnos a compartir conocimiento y valor en abierto para estimular la creación de alianzas informales que favorezcan la resiliencia.
Superar la acometida de la Covid-19 y construir un futuro más ambicioso será, en definitiva, una tarea menos ardua para todas aquellas organizaciones que estén dispuestas a no olvidar lo ocurrido y a incorporar a sus proyecciones de futuro quick-wins que den respuesta a todo lo aprendido.
Actualidad Laboral / Con información de Forbes