Su importancia es tal que es el documento que puede hacer que continuemos o que nos descarten en un proceso de selección, en especial en un mercado laboral cada vez más competitivo y exigente. Tenemos que entender que los reclutadores leen cientos de CVs para un único puesto, por ello, debemos siempre analizar qué es lo que marcará la diferencia con los demás candidatos. Y esto aplica a todas las etapas: becas, prácticas, primeros empleos y etapa senior.

De pasante a perfil senior

Cuando iniciamos la búsqueda de nuestra primera oportunidad laboral carecemos de experiencia, por tanto “debemos potenciar los conocimientos adquiridos a través de nuestra formación, y las habilidades y competencias que hemos desarrollado realizando actividades en equipo, practicando deporte o alguna disciplina artística, así como con trabajos de voluntariado o no relacionados con nuestros estudios”, comenta Sergio Picciolato, director de HR- Consulting España. En estos casos, la formación académica se sitúa en el CV por delante del campo de la experiencia.

Además, es aconsejable que los jóvenes con nula o poca experiencia no superen una página dado que de lo contrario el reclutador podría llegar a pensar que su CV no será tan conciso como debería y el objetivo es facilitar su lectura al máximo.

Sin embargo, cuando llevamos años trabajando, la información que más le interesa a un reclutador es la relativa a nuestra experiencia profesional dado que es la acreditación frente a competencias y conocimientos. Llegado este momento, lo recomendable es ubicar este campo por delante del de la formación. Y como lo ideal es que el currículum no exceda las dos páginas, iremos eliminado los primeros contactos con el mercado laboral o aquellos que no aporte valor añadido para el puesto que solicitamos.

¿Qué he hecho hasta ahora que me puede ayudar a conseguir el trabajo? “Una buena práctica es analizar los requisitos y habilidades necesarias para desempeñar con soltura las tareas del puesto de mi interés”, afirma Picciolato. En lugar de escribir largos párrafos con todo detalle sobre lo realizado en cada puesto, debemos plasmar únicamente las capacidades adquiridas.

Los profesionales de recursos humanos hablan de dos aspectos que nunca deben faltar en un CV: el tiempo que una persona ha estado en un puesto de trabajo, y las responsabilidades y logros obtenidos. Es por ello que es imprescindible indicar periodo, cargo, empresa, tareas y capacidades adquiridas.

El denominador común

Lo que sí debe ser común en currículos tanto de perfiles junior como senior es la forma en la que presentamos la información:

- Datos personales (nombre completo, ciudad de residencia, teléfono de contacto, e-mail profesional).

- Incluir una breve descripción de nuestras competencias y habilidades.

- Utilizar palabras clave

- Usar un lenguaje claro y conciso.

- Ordenar experiencia y formación siempre de lo más reciente a lo más antiguo.

- Sin faltas de ortografía o de redacción.

- Y adaptar el diseño del mismo según el sector.

Javier Caparrós, director general de Trabajando.com España, señala que, con independencia de nuestra corta o larga experiencia, “es fundamental hacer un buen análisis de nuestra trayectoria profesional para valorar qué incluir y qué no cuando enviamos nuestro CV a una empresa. Actualizarlo constantemente es vital si queremos que pase, al menos, el primer filtro”.

Actualidad Laboral / Con información de Equipos y Talento