El auge económico en Israel y el desempleo crónico en Cisjordania ocupada, obligan a miles de trabajadores palestinos a trasladarse cada día al bando "enemigo". Su número se duplicó en cinco años y no son las elecciones israelíes, las que cambiarán la situación. "Los gobiernos israelíes cambian y nosotros seguiremos yendo a trabajar, con o sin permiso", declara Naji Mohamed, de 58 años, obrero en la construcción en Israel.
Naji trabaja en el otro lado desde hace 20 años. A su alrededor, en el puesto de control de Nilin, al oeste de Ramala, vendedores ambulantes proponen verduras y ropa a los trabajadores palestinos que regresan a sus casas tras una dura jornada laboral. La mayoría de ellos evita las preguntas sobre las elecciones, por miedo a perder su permiso de trabajo.
Desde 1967, Israel ocupa Cisjordania. El Estado hebreo construyó a partir de los años 2000, tras la segunda Intifada (el levantamiento palestino), una vasta "barrera de seguridad" para "protegerse" de los ataques procedentes de Cisjordania. De ahí, la necesidad para los empleados palestinos de obtener un permiso para trabajar en la zona israelí. En 2015, cuando Benjamin Netanyahu formó el gobierno más conservador de la historia de Israel, unos 45.000 palestinos disponían de este permiso.
Cuatro años más tarde, son ya 85.000 los que tienen el buscado documento, según datos palestinos. A los que se tiene que sumar las decenas de miles que cruzan ilegalmente los controles.
50 dólares más
Responsables israelíes no comentaron estas cifras pero aseguraron a la AFP, que el número de permisos otorgados a los palestinos había aumentado en 160% desde 2012. Un aumento debido en parte al auge de la economía israelí que, con un desempleo actualmente por debajo del 4%, necesita mano de obra, especialmente en el sector de la construcción.
En Israel o en las colonias israelíes de Cisjordania ocupada, los palestinos ganan entre 70 y 100 dólares por día, frente a los 20 o 30 dólares en las empresas palestinas, afirman a la AFP varios empleados palestinos. Una fuente de ingresos importante para la economía palestina, lastrada por una tasa de desempleo de casi 30%, un 18% en Cisjordania, según datos oficiales.
Ante las elecciones de este martes, algunos trabajadores, como Yusef Al Naasan, de 63 años, temen por su futuro. "Algunos partidos de derecha tienen reivindicaciones y opiniones que pueden afectar el estatuto de los trabajadores palestinos", asegura. Pero para Rami Mahdawi, responsable de la Dirección General de Empleo del ministerio palestino de Trabajo, no hay nada que temer. "El primero en sacar provecho de los trabajadores [palestinos] es Israel", dice. Según él, la ocupación israelí en Cisjordania ha hundido la economía palestina, y ha obligado a la gente a buscar trabajo en Israel.
"Algunos minutos"
Según un responsable de seguridad israelí, interrogado por la AFP, Israel invirtió 300 millones de séqueles (77 millones de euros, 85 millones de dólares) en los últimos años para renovar los puestos de control. Así, se ha podido reducir de forma considerable el tiempo de espera para cruzarlos, según este responsable, que dice que es de "algunos minutos". Pero, los palestinos hablan de intervalos más largos. "Las dos partes sacan provecho", estima, porque los salarios que traen los palestinos ayudan a la economía y contribuyen a la tranquilidad en Cisjordania ocupada.
De regreso de su jornada laboral al puesto de control de Nilin, a Yusef Al Halhuli, de 28 años, le da igual la elección israelí, a la que miles de trabajadores palestinos de Cisjordania no pueden participar. "Las elecciones no nos conciernen", considera Yusef. "Pueden votar lo que quieran. Quizás tendremos que dejar de trabajar uno o dos días, solo durante las elecciones".
Actualidad Laboral / Con información de AFP
Fotos AFP