Seguramente usted tiene muy claro que para ahorrar puede acercarse a una institución bancaria y abrir una cuenta de cheques en la que puede depositar su dinero y verlo crecer. Sin embargo, para saber si está tomando la decisión correcta con su dinero debemos entender muy bien cuál es la diferencia entre ahorrar e invertir.
Supongamos que tiene la posibilidad de reservar una parte de su ingreso mensual, ya sea de su salario, las ganancias de su negocio o cualquier otro tipo de ingreso, una vez que logra pagar las colegiaturas de sus hijos, los gastos de la casa como luz, agua o cualquier otro que tenga considerado. Usted tiene la oportunidad de reservar una cantidad, por mínima que sea, y guardarla, ya sea en una cuenta bancaria, debajo de su colchón o en su alcancía; al hacer esto, está ahorrando, es decir, logra conservar durante cierto tiempo una cantidad de dinero que tendrá un objetivo en el futuro.
La intención de este ahorro puede ser: hacer frente a una emergencia, planear unas vacaciones con su familia o la compra de un auto, pero mientras conserva esta cantidad “guardada” está manteniendo ese dinero “ocioso”.
Por el contrario, una inversión permite tener los ahorros “trabajando”; es decir: a través de los instrumentos de inversión puede hacer crecer su capital para lograr más rápido sus objetivos futuros, de tal forma que si su intención es adquirir un auto y lo quiere conseguir sólo ahorrando, probablemente el tiempo que tarde en reunir la cantidad necesaria para poder comprarlo será mucho mayor que el tiempo en el que podría realizarlo si invierte su dinero.
En este sentido, podemos entender que el ahorro es la cantidad que separamos de nuestro ingreso con la finalidad de poder utilizarla en un futuro, mientras que inversión significa emplear los recursos actuales (incluso los ahorros) para obtener un beneficio, llamado rendimiento en el futuro.
Seguramente ya ha escuchado que las inversiones tienen riesgos, pero ¿qué está exento de riesgos hoy? Un ejemplo: guardar el dinero en su colchón es correr un riesgo, ya que podría ocurrir un accidente en su casa y perderlo.
Por ello, para prevenir contingencias existen instituciones financieras, como bancos o casas de bolsa, que cuentan con asesores de inversión que le permitirán decidir cuál es la inversión que se adecua mejor a los objetivos según el nivel de riesgo que usted considere pertinente. De esta forma, aunque puede ser muy remota la posibilidad de que su casa se inunde y pierda su colchón, también podría encontrar inversiones que no son tan riesgosas.
En conclusión, las inversiones son un mecanismo que permite obtener un beneficio a partir de un recurso que podemos mantener sin uso por un tiempo, mientras que el ahorro sólo permite conservarlo durante el tiempo que sea necesario hasta reunir lo preciso para cumplir con los objetivos deseados. A partir de esto, nuestra recomendación es que invertir es, normalmente, más productivo que ahorrar.
Actualidad Laboral / Con información de Forbes México