Hoy más que nunca existe una mayor conciencia sobre la importancia del bienestar en el trabajo. Con esto, también ha aumentado la sensación de que podemos cambiar de empleo si es que este no nos satisface o si creemos que hemos cumplido un ciclo.


Las nuevas generaciones dan muestra de que se puede ir de trabajo en trabajo sin que esto afecte la percepción que se tiene de ellos. Una muestra de esto es lo que se conoce como “Job Hopping”, la valoración que ahora el mercado laboral le da a quienes viven permanentemente nuevas experiencias laborales.


Saskia de Winter, fundadora y CEO de la firma mexicana de capacitación empresarial Saskia Winter Training, dice que “en general, los millennials y centennials están acostumbrados al alcance de los recursos y estímulos rápidos, por lo que son poco tolerantes. Exigen cosas que deben ser inmediatas y a su manera”.


De acuerdo al estudio Employers for Youth Chile 2021 (Empleadores para la Juventud), que realiza la empresa de reclutamiento FirstJob a 18.000 jóvenes profesionales en Chile, las nuevas generaciones chilenas valoran cada vez más el aumentar sus ingresos cuando deciden cambiarse o no de empleo.


Pero también existen otras razones. “Para los jóvenes, uno de los principales motivos para irse de la empresa es la ‘poca flexibilidad’ que están teniendo las organizaciones con respecto a la vuelta a las oficinas”, comenta Mario Mora CEO de FirstJob, quien agrega que varios profesionales de áreas como la de tecnología “se están moviendo de su trabajo cada seis a nueve meses”.


Pero hay trabajadores que también deciden decirle adiós a su empresa por un “deficiente relacionamiento con las jefaturas directas, escasas posibilidades de desarrollo y el poco equilibrio entre la vida personal y el trabajo. Hoy, post pandemia, la gente está considerando enormemente el “fit” valórico que tiene con la organización y que sus propósitos estén alineados”, indica Nicolás Abud, director de Alianzas en la comunidad de profesionales Red de Recursos Humanos y cofundador y director comercial de Codify, software as a service de Recursos Humanos.


Así que si sientes que puede dar mucho más en otro lugar, es probable que sea el minuto de dejar la empresa y tu empleo. Lo más relevante en estos casos, es evaluar la cantidad de experiencias significativas que estás viviendo y cómo estas calzan con tus proyecciones laborales.


“Si una persona que cumple un rol gerencial se ha cambiado tres veces de trabajo en los últimos dos años, claramente no es bien visto a ojos del mercado. Pero, si un profesional ha estado 10 años en la misma compañía, los propósitos han estado alineados y ha pasado por distintas experiencias laborales con la posibilidad de crecer y desarrollarse en la misma organización, y todavía tiene posibilidades de crecimiento a futuro, está perfecto que se quede si se siente cómodo”, comenta Abud.


¿Me voy o me quedo?


Si estás en este dilema, es importante que evalúes cómo te sientes física y mentalmente en tu actual empleo. Abud dice que la mejor manera de saber si es momento de irse es “cuando te cuesta levantarte todas las mañanas”, y agrega que “siempre van a existir desmotivadores o dificultades en un ámbito laboral, pero debe ser vivenciado como una experiencia de aprendizaje constante en donde tienes que sentirte desafiado y entretenido a la vez”.


De Saskia de Winter indica que el cansancio es una clara muestra de que algo no está bien, pero las razones para querer cambiarse de empleo pueden variar dependiendo de la personalidad del trabajador. “Habrá quienes sean más controladores; les gusta tener autoridad; analizadores, sólo se mueven si encuentran una muy buena razón; soñadores, más creativos, se relacionan bien con la gente y no les importa tanto el dinero; y los promotores o expresivos, que valoran la variedad”.


Sin embargo, para la ejecutiva, la decisión debería ser mucho más estratégica y menos impulsiva, no sólo considerar dar el paso si estás cansado o ya no estás aprendiendo, aunque también es válido tomar en cuenta estos aspectos. “Me puedo querer salir de una compañía porque necesito aprender data analysis, pero sé que debo aprenderlo para dedicarme al análisis de datos biomédicos. Mi decisión en este caso no es porque me quiera cambiar de trabajo, sino porque tengo una ruta de carrera que seguir. Se trata de tener una visión a largo plazo”, dice.


Pero ya sea por una sensación de incomodidad y cansancio, o porque debido a tu plan de carrera crees que es necesario dar un paso más allá, es conveniente evaluar tu actual empleo como un todo. Hay que revisar el ambiente laboral, el salario monetario, el salario emocional y las posibilidades de desarrollo presentes y futuras.


Nuevo empleo: las variables que lo confirman


Si sumando y restando confirmaste que es mejor buscar otro rumbo laboral, es habitual que surjan algunas dudas sobre qué específicamente buscar: ¿postulo a un empleo similar o es mejor preferir algo con más desafíos? ¿Valdrá la pena cambiarme a un empleo con mejores oportunidades, pero por el mismo salario? Cómo ves, no son pocas las dudas.


Sin embargo, los especialistas en RR.HH. afirman que existen varios factores para evaluar tanto el irse como el aceptar otro trabajo. Algunos traen consigo un incremento salarial sustantivo y otros representan una oportunidad para abrir carrera en otra área u obtener beneficios que antes no tenías.


“El empleo que se busque no debe sólo enfocarse en resolver las necesidades del presente. Para no caer en lo mismo, tiene que ver las nuevas opciones laborales de forma integral, evaluando ambiente organizacional, salario monetario, salario emocional y posibilidades de desarrollo presentes y futuras”, opina Abud.


Finalmente, debes tener claro que mantenerte en una posición laboral te puede hacer sentir estancado, desmotivado e infeliz a largo plazo, perjudicando a tu empresa también. De Winter señala que “permanecer en la organización puede afectar la productividad, porque una persona cansada no rinde igual que quien está contenta. Por eso las empresas trabajan las inteligencias blandas y la inteligencia emocional. Por otro lado, si estás cansado, dejas de esforzarse y ser detallista, no hay trabajo en equipo ni liderazgo, te vuelves apático. No hay energía porque se apagó la pasión".


Por esto, es clave ser consciente de cómo te sientes en tu trabajo, y en base a eso decidir si es momento o no de buscar otro empleo.


Actualidad Laboral / Con información de Americaeconomia