07-12-2022

Las personas que trabajan en condiciones de informalidad en América Latina y el Caribe tienen entre 2 y 5 veces más probabilidades de encontrarse en situaciones de pobreza, en particular en un momento en el cual los ingresos de los hogares están siendo fuertemente impactados por el aumento de la inflación, destacó la OIT en un seminario en esta capital.


“Existe una vinculación muy fuerte entre estar en un trabajo informal y vivir en la pobreza”, dijo la Especialista Regional en Economía Laboral de la Oficina de la OIT para América Latina y el Caribe, Roxana Maurizio, al participar en un encuentro convocado esta semana en Santiago de Chile sobre desafíos de los mercados laborales en tiempos de recuperación.


Maurizio reveló que de acuerdo con las estimaciones de OIT “al menos 80 por ciento de trabajadores pobres están en condiciones en informalidad”.


“Hay vínculos muy estrechos entre informalidad y dimensiones extremadamente importantes para en la región, como son los bajos niveles salariales, la segmentación salarial y la pobreza y la desigualdad”, agregó la especialista de OIT en el marco de las “Jornadas de análisis de mercado de trabajo, políticas de formalización y transición justa ” que se realizan en la sede de OIT en Chile.


“El fenómeno del trabajador pobre implica que tener un empleo no es garantía para no ser pobre. La elevada inflación en un contexto de alta informalidad hace que este fenómeno sea un riesgo creciente en la región”, explicó.


De acuerdo con los datos presentados por OIT, la pandemia por COVID-19 provocó en 2020 una importante pérdida de empleos e ingresos que se concentraron fundamentalmente en el sector informal, y que incluso provocaron una momentánea reducción de la tasa de informalidad en algunos países.


Pero con la recuperación experimentada a partir de 2021, las tasas volvieron a subir hasta llegar a un promedio regional de 50 por ciento de informalidad en la actualidad.


Maurizio destacó que entre 60 y 80 por ciento de los empleos que se han recuperado después de la pandemia son en condiciones de informalidad.


La especialista de OIT dijo que la informalidad trae consigo una “penalidad salarial” que se refleja en menores ingresos laborales por hora de trabajadores en estas condiciones, y que oscila entre 20 y 35 por ciento menos en los países con datos disponibles.


La situación se agrava en el contexto actual de alta inflación, que ha determinado que en América Latina y el Caribe, el salario real haya bajado -1,4 por ciento en 2021 y -1,7 por ciento en el primer semestre de 2022, de acuerdo con el Informe Mundial sobre Salarios publicado por la OIT hace una semana.


El fuerte impacto de una informalidad con bajos salarios en la pobreza laboral tiene que ver además con el hecho que “en esta región más del 80 por ciento de todos los ingresos que reciben las familias provienen del mundo del trabajo”, según dijo Maurizio.


“Los mercados de trabajo son centrales para entender el comportamiento de la pobreza y la desigualdad”, agregó.


En este sentido, el reciente Panorama Social de CEPAL presentado a fines de noviembre indicó que a fines de 2022 la pobreza se situará en 32,1% de la población (porcentaje que equivale a 201 millones de personas) y la pobreza extrema en 13,1% (82 millones), aún por encima de los niveles prepandemia.


Maurizio recordó en el encuentro en Santiago que la informalidad “tiene múltiples causas y múltiples consecuencias”, y por lo tanto requiere de soluciones integrales, que pueden implicar políticas específicas para ciertos grupos poblacionales o sectores que estén siendo especialmente afectados.


Las políticas para promover la formalidad conjuntamente con las de sostén de ingresos para los trabajadores y familias informales resultan pilares de creciente importancia en este contexto, destacó.


En su presentación consideró que en la región hay grandes desafíos para avanzar en:


- Fomento a la creación de más puestos de trabajo formales. Coordinación con políticas activas, formación profesional (transición digital, transición justa) y políticas sectoriales.


- Fortalecimiento de las instituciones laborales, en particular, salario mínimo y negociación colectiva, en un marco de diálogo social.


- Medidas de apoyo a las empresas, especialmente a la más pequeñas.


- Acceso universal a la protección social y sostenimiento de ingresos.


Las Jornadas convocadas por la Oficina de OIT para el Cono Sur en Santiago esta semana incluyen discusiones sobre políticas de formalización, oportunidades y desafíos del trabajo en plataformas, y los avances hacia una transición justa en Chile.


Actualidad Laboral / Con información de OIT