Los jóvenes escuchamos con extrañeza las historias de los jubilados o pre-jubilados que llevan trabajando en la misma empresa desde que tienen pelo en el pecho, ascendiendo en ella, con la seguridad de que tenían un trabajo para toda la vida. Son historias que alcanzan hoy carácter de leyenda.
Hoy solo hay algo que te garantiza un trabajo de por vida: aprobar una oposición. Y al resto de los mortales, más nos vale tener una idea clara: nos pueden echar en cualquier momento. En un principio cuesta adaptarse, pero cuando has vivido varios cierres de periódicos y has presenciado todo tipo de despidos arbitrarios, te acabas acostumbrando. Y aprendes.
Tengas el trabajo que tengas, es mejor pensar que en cualquier momento puedes perderlo; lo que te permite estar preparado para afrontar esta situación, sin que se convierta en un drama excesivo. Y para afrontar el despido de la mejor forma posible hay una serie de claves, a realizar antes y después de que abandones determinada empresa. Y aquí te las contamos:
ANTES DEL DESPIDO
1- Ten un mínimo de ahorros
Por mucho que tengas derecho a estar desempleado, no es lo mismo verse en la calle con ahorros que sin ellos. Todos los expertos indican que, es posible ahorrar con independencia de la cantidad que se gane, pero no nos engañemos. Es más difícil ahorrar, por ejemplo, ganando 800 euros que ganando 2000. Sea como fuere, lo ideal es tener unos ahorros que te permitan vivir sin trabajar al menos entre tres y seis meses, un tiempo en el cual puedes replantearte tu situación.
2- Mantén un archivo privado de contactos y trabajos
Este punto es esencial. Cuando una empresa cierra o te despiden, a nadie le importa que guardes en tu computadora del trabajo información valiosa: no te van a permitir recuperarla. Por eso es muy importante guardar una muestra de tu trabajo, así como los correos electrónicos y teléfonos de tus contactos laborales en un archivo personal, al que no tenga acceso la empresa. Si confías en el correo electrónico laboral como archivo, podrás perderlo en cualquier momento.
3- Busca siempre trabajo
A casi nadie se le ocurre buscar trabajo cuando está contento en el actual. Pero, estar siempre abierto a nuevas ofertas es la mejor forma de avanzar en el terreno profesional. Si estás siempre atento a nuevas oportunidades, serás tú el que decida cuándo quieres cambiar de trabajo, y no las empresas.
4- Cuida tu red de contactos
No nos engañemos, por muy bueno que sea tu currículum laboral y académico, la mejor forma de encontrar un trabajo es a través de contactos. Y estos hay que trabajarlos. No tiene sentido que te abras un perfil de LInkedin solo porque estás sin empleo. Lo ideal es estar en permanente contacto con otros colegas del sector, que te ayudarán a sacar las castañas del fuego si vienen mal dadas.
DESPUÉS DEL DESPIDO
1- Mantén la calma
Ante un despido fortuito, que consideramos injusto, nuestra primera reacción puede ser arremeter contra nuestro jefe, incluso en público. Esta es la forma menos inteligente de actuar. Por mucho que los directivos de la empresa merezcan todo tu desprecio, no ganas nada por enfrentarte a ellos; y, sin embargo, sí puedes ganar si te marchas de buena manera y con la cabeza alta. Nunca se sabe cuándo vas a necesitar ciertos contactos, por muy mal que te caigan.
2- Pide ayuda
Quizás tu jefe te ha despedido porque no te aguanta o piensa que tu trabajo no merece el sueldo que te paga, pero es mucho más frecuente que los despidos tengan que ver con una cuestión económica: sencillamente, no salen las cuentas. Y en este caso, la persona que te despide puede ser tu mejor aliada. Probablemente, se sienta en deuda contigo, y tratará de ayudarte lo máximo posible. ¿Quién sabe si tiene algún contacto que pueda ayudarte a encontrar un nuevo empleo? ¿Quizás no puede tener trabajadores en plantilla, pero puede encargarte algún trabajo si te estableces como freelance? Lo importante, en cualquier caso, es dejar las puertas abiertas.
3- No tomes lo primero que salga
Muchas personas, cuando se ven en la calle, se ponen a buscar trabajo desesperadamente y agarran lo primero que ven. Lo cierto es que, con la cabeza caliente, es difícil acertar a la hora de firmar un nuevo contrato. Es mejor darse unas semanas para reflexionar, estudiar bien el mercado, y conocer las opciones disponibles.
4- Pero no te duermas en los laureles
Por mucho que te quede sin empleo, si estás muchos meses sin trabajar perderás los hábitos y, lo que es peor, te desconectarás del mundo profesional, que es lo peor que puede pasar. Si te cuesta encontrar un trabajo, trata al menos de no desconectarte, acude a encuentros profesionales, congresos, o cualquier evento en el que puedas seguir al tanto de los movimientos del sector. Estar desempleado por mucho tiempo es tu gran enemigo, una zona oscura en la que es mejor no entrar jamás.
Ahora, debería ser casi imposible que un despido te tome desprevenido. ¿Ya practicas alguna de estas recomendaciones?
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