En el trabajo diario con personas decir que ‘sí’ o que ‘no’ puede provocar un gran dolor de cabeza.
Mídete:
a) Si decir que ‘sí’ o decir que ‘no’ te provoca culpa.
b) Si descubres que constantemente dices que ‘sí’ a todo, aun cuando esto te implique problemas de distinta índole.
c) Si puedes decir que ‘no’ pero después te sientes mal y buscas resarcirlo con la persona.
Entonces tienes un problema de comunicación asertiva derivado de:
– Una baja autoestima.
– Una falta de conocimiento respecto a la forma de comunicar tus deseos.
– Miedo a faltar a la autoridad.
Si decir que sí o decir que no te cuesta demasiado trabajo, esto te generará muchos más problemas a largo plazo.
El problema principal es un problema de límites, personales y de terceros, cosa que veo de manera directa en consultorio, donde asisten conmigo muchos ejecutivos que permiten que sus jefes les marquen los fines de semana, o emprendedores y empresarios que permiten que sus clientes les marquen a las 11 de la noche. Y éstos, de hecho, son los males menores, pues he sabido de casos con demandas por incumplimientos de contrato, porque la contraparte no supo cómo decir que ‘no’, o porque dijeron que ‘sí’ a todo.
Lo primero que tienes que saber, seas emprendedor, ejecutivo o empresario, es:
Tu trabajo sirve, y al servir debes mostrar cierta flexibilidad; sin embargo, contestar una llamada a las 11 de la noche es algo muy distinto a servir; eso es complacer y ofrecer un mensaje equivocado a tus interlocutores. Uno de los puntos que debemos comprender es que eres tú quien define los límites, desde un inicio, te hable quién te hable. Y a menos que sean ésas tus horas laborales, debes comprender que una cosa es complacer y otra es servir. Por ello tu comunicación y tus acciones deben ser claras y empatar con tus deseos, responsabilidades y objetivos.
Decir que sí por no saber “cómo decir que no” es una patada a la autoestima. Decir que sí o decir que no a un cliente o a un jefe debe ser algo “políticamente correcto”.
Aquí te comparto 2 formas que te permitirán disuadirlo:
A un jefe o cliente, sí se tiene acercamiento con él:
Llamarle por su nombre, con una plática al mismo nivel, comentándole que te gustaría decirle que sí, pero si eso sucede… (enumerar las problemáticas que de ello derivan, buscando despersonalizar la situación, involucrando departamentos o terceros).
A un jefe o cliente si no se tiene acercamiento con él:
Responder con la lejanía correspondiente (o con los títulos: señor, licenciado, etc.). Así lo haré; sólo quiero comentarle, señor, ¿está usted consciente de que hacer eso generaría..? (enumerar las problemáticas, despersonalizando la situación, mostrando profesionalismo, etc.).
Utiliza también el factor tiempo
En el caso de clientes es importante comentar en ciertos momentos si lo que solicitan puede o no incrementar gastos y costos; eso puede resultar, en muchas ocasiones, en un freno a sus peticiones. Pero la prudencia y el medir la situación son clave para decir que sí o no, según sea el caso. Una opción viable siempre es comentar que se le regresará la llamada al jefe o al cliente, permitiendo así tener el espacio y tiempo suficientes para encontrar la mejor forma de decir que ‘sí’ o decir que ‘no’.
Decir que sí o decir que no, no es sinónimo de descortesía; la clave, como en todo, es la forma. Si ves que tus problemáticas para decir que ‘sí’ o que ‘no’ es una constante en tu vida, y generalmente te trae problemas, lo mejor será que pidas ayuda de profesionales en la materia.
El ‘sí’ puede ser poderoso y el ‘no’ reconfortante; todo depende de la situación y de tu propio manejo. Lo más importante es reconocerlo.
Actualidad Laboral / Con información de Forbes México