Lo malo de la gestión del tiempo es que exige tiempo. Años de vida desperdiciados para aprender, a veces cuando ya es demasiado tarde, que la gestión eficaz del segundero es, como casi todo, cuestión de práctica. Para ahorrarte minutos en la basura te contamos veinticinco lecciones sobre gestión del tiempo que nos hubiese encantado saber a los veintitantos.

  1. El tiempo son prioridades. Siempre hay prioridades, por lo que siempre hay tiempo.

  2. Gestionar bien el tiempo no significa trabajar deprisa.

  3. Es normal que haya días en los que no seas capaz de hacer nada y otros en los que trabajes 12 horas completamente concentrado. Aprovecha esos momentos para darlo todo. No te fuerces en el resto.

  4. Tu tiempo cuesta dinero, por lo que debes actuar acorde con ello. Respétalo y haz que lo respeten.

  5. Deja de intentar hacer mil cosas a la vez: el multitasking rara vez funciona. Dedícale a cada tearea todo tu tiempo y atención y pasa a la siguiente solo cuando hayas terminado y revisado; acabarás antes y con mejores resultados.

  6. Establece una rutina de trabajo y esfuérzate en cumplirla. Tu cuerpo se acostumbrará antes de lo que piensas.

  7. Siempre nos mantenemos más concentrados y productivos cuando el tiempo del que disponemos para realizar el trabajo es limitado.

  8. Trabajar es la mejor forma de empezar a trabajar. No procrastines, y ayúdate empezando por las tareas más rápidas y sencillas: la bola empezará a girar.

  9. Doing is better than perfect. Esta frase está escrita en las paredes de las oficinas de Facebook, y resume a la perfección la filosofía de la compañía. Lo importante es hacer las cosas, no hacerlas perfectas.

  10. Trabajar eficientemente no significa ser eficaz. La eficacia, más que hacer las cosas de la forma más perfecta exige, simplemente, hacer lo que hay que hacer.

  11. Más horas no significan mayor productividad. Haz de las restricciones oportunidades.

  12. Separa lo que requiere reflexión de la pura ejecución para ejecutar más rápido y pensar mejor.

  13. Intenta que las reuniones importantes sean siempre lo más temprano posible: tendemos a desperdiciar las horas que preceden a un evento relevante.

  14. Intenta, en la medida de lo posible, dedicar el día a un solo proyecto o cliente. Cambiar de ‘onda’ suele ser poco productivo.

  15. Divide las grandes metas a largo plazo en pequeños logros del día a día: la cercanía y la sensación de estar más cerca de tu objetivo mantendrá tu motivación y, con ella, tu productividad.

  16. Dos tareas diferentes nunca tienen la misma importancia. Prioriza siempre, especialmente cuando se trata de listados de tareas pendientes.

  17. Ten siempre claro cuál es la tarea que deberías necesariamente terminar antes de que termine el día. Deja el resto solo para cuando la prioritaria esté terminada.

  18. Si hay algo que otra persona también podría hacer, delega. Aprende a hacer uso de las personas y recursos de los que dispones para ayudarte.

  19. Las carreras de ayer no ganan las competiciones de hoy. Pasa la página del pasado y céntrate solo en el hoy y el mañana.

  20. Ponte fechas topes para cada tarea, aunque en realidad no la tenga o no sea tan pronto. No dejes que los trabajos se eternicen.

  21. Desconfía de tu propia memoria. Anota todo. Usa una agenda. Descárgate un app de recordatorios. Lo que sea.

  22. Escribe en un papel todo lo que te distrae: Facebook, búsquedas en Google, pensamientos, nuevas ideas, o preocupaciones, lo que sea. El caso es que tenerlas por escrito te ayudará a recordar que no son más que eso, distracciones, y a mantenerte alejado de ellas.

  23. No planees más de cinco horas de verdadero trabajo al día.

  24. Haz descansos. A veces.


Actualidad Laboral / Con información de Forbes