En Argentina, a diferencia de lo que ocurre en España, la edad de jubilación no es igual para hombres y mujeres. Ellas se jubilan a los 60 años y ellos a los 65. El caso de un varón que solicitó cambiar de género en su DNI cuando tenía 59 años, sin haber manifestado nunca antes dudas sobre su identidad, despertó suspicacias entre sus compañeros de oficina, que sospechan que lo hizo para dejar de trabajar. Ahora se llama Sergia Lazarovich y niega haberse amparado ante la ley de identidad de género por ese motivo. El caso ha puesto de relieve la facilidad con la que es posible modificar el género legalmente y la inequidad existente en la edad jubilatoria.
"Me cambié de género porque tengo una convicción", se defendió Lazarovich ante el diario local El Tribuno a la puerta de su casa. "Lo hice porque estoy convencido, las motivaciones son mías y no tengo que explicarle nada a nadie", agregó. Hace dos meses cumplió 60 años, trabaja como contadora en las oficinas de Hacienda de la ciudad norteña de Salta y, aseguró, que aún no ha iniciado el trámite ante la seguridad social argentina (Anses) para pedir su pensión. "Esto no habría sido un problema para nadie si todos se jubilaran a los 65 años", denunció al ser consultada sobre la polémica en la que se ha visto envuelta.
Sus compañeros se refieren a él como hombre y han denunciado al mismo medio que Lazarovich "es bien masculino", "jamás mostró una actitud femenina", está en pareja con una mujer y antes estuvo casado, y tiene dos hijos. Critican también que en los últimos años solicitó numerosas bajas médicas para no ir a trabajar. Sin embargo, ninguno de estos argumentos es válido para que en su DNI deje de aparecer como Sergio y lo haga como Sergia. De acuerdo a la ley de identidad de género argentina, aprobada en 2012, es suficiente con ser mayor de 18 años y presentar una solicitud ante el Registro Civil. La norma precisa que no es necesario que la persona haya realizado una intervención quirúrgica de cambio de sexo, ni se haya sometido a tratamientos hormonales y/o psicológicos.
Lazarovich se acercó al Registro Civil de Salta para cambiar su nombre y género en el DNI, pero fue derivado a la vecina provincia de Tucumán por haber nacido allí, donde ya le entregaron su nuevo documento modificado. Lazarovich se amparó a la ley de identidad de género "para ser reconocido y tratado como una mujer", dijo a EL PAÍS el titular del registro salteño, Matías Assennato, y advirtió que es "muy difícil de probar" si su motivación fue otra, tal y como se ha viralizado en las redes sociales. Assennato consideró que una persona reconocida legalmente como mujer debe ser tratada como tal en cualquier instancia, también frente a la seguridad social. Sostiene que su caso muestra la existencia de un "claro ejemplo de desigualdad" entre hombres y mujeres por su diferente edad jubilatoria.
En Salta se han tramitado 573 cambios de identidad de género desde la sanción de la ley, en 2012, hasta el momento y solo superaron los cien casos anuales los dos años posteriores a que entrase en vigor la norma.
Actualidad Laboral / Con información de El País España