23-11-2021

A partir del próximo 1 de diciembre, Australia permitirá la entrada de estudiantes y trabajadores cualificados que estén vacunados contra la COVID-19; además de grupos de viajeros en burbuja, procedentes de Japón y Corea del Sur. Así lo anunció ayer el primer ministro australiano, Scott Morrison, en una rueda de prensa en Camberra.


La reapertura de fronteras se produce después de 18 de cierre por la pandemia de la COVID-19. Un proceso que comenzó el 1 de noviembre con la luz verde, para la entrada de residentes y ciudadanos australianos, y sus familiares directos. Además, en abril, Australia abrió un corredor de viaje sin cuarentenas con Nueva Zelanda; aunque desde entonces ha sido suspendido en varias ocasiones, debido a rebrotes del coronavirus.


La medida supone una buena noticia para las universidades australianas, que dependen de las matrículas internacionales; y calculan que hay unos 130.000 estudiantes extranjeros, a la espera de retomar sus estudios. Así como para los sectores que necesitan de los trabajadores cualificados, y de la mano de obra de los jóvenes extranjeros.


La entrada a Australia sin exenciones también beneficia, desde esa fecha a: los trabajadores humanitarios, los titulares de visados de vacaciones y trabajo, y de reunión familiar provisional, según un comunicado de Scott Morrison. Cuyo Gobierno espera que unos 200.000 inmigrantes con estos visados, entren al país entre diciembre y enero próximo.


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Para acceder al país, los viajeros beneficiados con las exenciones deberán presentar su certificado de vacunación. Un resultado negativo de una prueba PCR a las que se sometan tres días antes de su viaje; y deberán cumplir con los requisitos adicionales, que se imponen en las distintas regiones del país. Los viajeros no incluidos en las exenciones y burbujas de viaje, no pueden viajar a Australia, salvo con excepciones que se conceden en situaciones especiales.


Australia, que ha administrado las dos dosis de la vacuna de la COVID-19 a más del 85% de su población objetivo, de un total de 25 millones de habitantes; sigue luchando con casos de contagio en los estados de Victoria y Nueva Gales del Sur, además de en comunidades aborígenes del Territorio Norte. Desde el inicio de la pandemia, el país oceánico, que este fin de semana fue escenario de protestas contra las vacunas obligatorias, para ciertos sectores y las medidas para frenar la pandemia; acumula más de 198.500 contagios, que incluyen unos 1.950 fallecidos y 12.600 infecciones activas.






Actualidad Laboral / Con información de Hosteltur