“Los titulares periodísticos sobre una reciente disminución de las tasas de desempleo ocultan la amarga realidad de que para muchos trabajadores desempleados es cada vez más difícil encontrar un empleo en un período de tiempo razonable de seis meses o menos”, dijo Ekkehard Ernst, Jefe de la Unidad de Tendencias del Empleo de la OIT.
Por ejemplo, en España, el Reino Unido, Estados Unidos, Serbia y Bulgaria el desempleo por largo tiempo ha incrementado en 40 por ciento o más en relación a 2008.
La última edición de los KILM – una herramienta informática que ofrece datos y análisis sobre el mercado de trabajo a nivel mundial – incluye información sobre la dinámica de pérdidas y creación de empleos en 70 economías desarrolladas y emergentes.
Las nuevas cifras muestran que en países con tasas de desempleo similares puede haber una diferencia substancial en las tendencias del mercado de trabajo.
Mientras que Estados Unidos y Alemania tenían tasas de desempleo de alrededor 6,3 por ciento entre 1970 y 2013, los períodos de desempleo eran en promedio más breves en el mercado laboral de Estados Unidos que en Alemania. En Francia, donde las tasas de desempleo han sido alrededor de 30 por ciento más altas que en Alemania desde 1991, un trabajador desempleado suele necesitar menos tiempo para encontrar un trabajo que en Alemania.
En los países en desarrollo la situación es diferente. Los trabajadores pasan más rápidamente de un período de desempleo a un período de empleo que en las economías avanzadas, pero esto se debe a que con frecuencia pasan a un empleo en el sector informal.
En México, por ejemplo, el número de personas que entraron y abandonaron el mercado de trabajo entre 2011 y 2012 era, respectivamente, 3,7 por ciento y 69 por ciento más alto que en Estados Unidos, una de las economías avanzadas y donde la rotación de la mano de obra es más elevada.
“Las tasas de desempleo ofrecen sólo una imagen aproximada del funcionamiento del mercado de trabajo de un país. Nuestros datos ayudarán a los países a adaptar sus políticas a las categorías de trabajadores más afectados por las dinámicas del mercado laboral”, explicó Ernst.
Los datos sobre los flujos de desempleo en el KILM abarcan, dependiendo del país, hasta 30 años (1980-2012). Esta es la primera vez que se han recopilado este tipo de estadísticas para obtener una imagen única y coherente de las dinámicas del mercado de trabajo, tanto en los países desarrollados como en desarrollo.
El desajuste de las calificaciones es muy común
Los datos muestran que, independientemente del nivel de desarrollo de un país, un nivel de educación y de competencias adecuado determina la diferencia entre el crecimiento inclusivo y un crecimiento que deja atrás a grandes segmentos de la sociedad.
Según el informe, el nivel de desajuste de competencias (las calificaciones que tienen los trabajadores comparadas con las que necesita el mercado) en las economías en desarrollo se situó en un promedio de 17,1 por ciento en 2012. Durante gran parte de la década pasada, el índice estaba muy por debajo de este nivel, sobre todo en las economías avanzadas.
La incidencia promedio de la sobrecalificación en las economías desarrolladas era de 10,1 por ciento en 2010, en comparación con 8,5 por ciento en 2008, y afecta en particular a los migrantes, a los trabajadores jóvenes y a las personas con discapacidad. La subcalificación en las economías avanzadas era en promedio de 28,1 por ciento en 2010, en relación a 31 por ciento en 2008.
El informe también muestra que la incidencia de la sobrecalificaciones tiende a aumentar con el tiempo. Esto se debe en parte a los niveles de instrucción cada vez más altos. En períodos de crisis económica, cuando las oportunidades de empleo son escasas y las tasas de desempleo son altas, el exceso de calificaciones tiende a aumentar.
Además de los datos sobre el empleo, el KILM incluye información y análisis sobre salarios, productividad laboral, trabajadores pobres y otros temas relacionados con el mercado de trabajo.
Otras conclusiones importantes
El número de trabajadores pobres sigue disminuyendo y una clase media está emergiendo a nivel mundial. En total, 822 millones de trabajadores del mundo en desarrollo viven en la pobreza, representando 30,6 por ciento de la fuerza laboral.
La clase media de los países en desarrollo aumentó de 870 millones a partir de 1991. Actualmente, 32 por ciento de todos los empleados de los países en desarrollo pertenece a la clase media, casi el doble que a finales de los años 1990.
El software interactivo KILM y el acceso directo a los datos están disponibles en www.ilo.org/kilm