Para el Banco Mundial los cambios que se avecinan en el mercado laboral a causa de la tecnología hacen necesario pensar en un aumento de la protección social de los trabajadores, empleos más formales y mejor formación.
La directora del Informe de Desarrollo Mundial 2019 de ese organismo, Federica Saliola, avanzó algunas de las ideas del borrador sobre la naturaleza cambiante del trabajo que están sometiendo a consulta pública desde el organismo multilateral antes de su publicación el próximo año.
Saliola abogó por incentivar los cambios en educación para la adaptación a las nuevas tecnologías a cualquier edad. Pidió además considerar instaurar una renta social universal, que podría costar un 10 % del producto interior bruto mundial.
El objetivo de ese ingreso mínimo buscaría proteger a las personas y no los empleos, puesto que actualmente los sistemas de seguridad social se obtienen de las cotizaciones de los empleos formales, lo que excluye a parte de la población.
De hecho, el informe destaca el alto grado de informalidad laboral, de un 65 % de media en las economías emergentes y que se mantiene estable con los años, así como el rápido crecimiento del empleo temporal y autónomo, que por ahora ejerce menos del 3 % de la población activa global.
Saliola recomendó incrementar los ingresos fiscales para poder financiar esos nuevos modelos de protección social, para lo que instó a combatir la evasión de impuestos de los gigantes en internet.
Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), cada año las multinacionales dejan de pagar entre 100.000 millones y 240.000 millones de dólares en tributos, entre el 4 % y el 10 % de los ingresos globales por impuestos de sociedades.
Ante el miedo a perder empleos por la automatización, la economista recordó que solo en Europa se estima que se crearon más de 23 millones de puestos de trabajo entre 1999 y 2016 a raíz del cambio tecnológico.
En un cuarto de siglo, la mano de obra industrial se ha mantenido en un 10 % del total en los países pobres y en un 23 % en los de ingresos medios y altos, mientras que en algunos países asiáticos ese porcentaje ha subido por la alta cualificación de los jóvenes.
Además, la tecnología ha facilitado nuevas oportunidades de empleo, incluso en zonas rurales si se tienen las habilidades apropiadas, y otras formas de hacer negocio, como el que encarnan las grandes plataformas en internet, agregó la experta.
Actualidad Laboral / Con información de El Economista