En junio te contrataron como directora de marca de Uber, un empleo que tomaste después de meses de controversia en torno a problemas legales, del lugar de trabajo y del personal en la empresa. Has dicho que quieres “humanizar” a Uber. ¿Crees que las marcas pueden tener características humanas?

Sí, creo que las marcas son como las personas. El producto no existe sin una emoción conectada a él. Le has dado vida a un producto y has creado una personalidad. Puedes observar cualquier industria y decir: “¿Por qué este zapato deportivo y no aquel? ¿Por qué este refresco y no el otro?”. Eso son las marcas: son cosas que están vivas y que a veces son felices; en ocasiones, tristes, y en otras están enojadas. Nuestro trabajo como mercadólogos y profesionales de las marcas es nutrir la marca y calmarla cuando está enojada, así como animarla cuando intenta crecer.

Como miembro de la generación X, debo decir que desconfío de las marcas.

Las marcas significan cosas distintas para generaciones diferentes. Cuando yo era adolescente, las marcas más poderosas eran las personales, como Michael Jackson o Madonna. Representaban algo que, quizá, no eran ellos totalmente, lo cual después se convertía en una imagen que vendían. Para mí, eso aún es una marca.

Has hablado mucho acerca de la importancia de la reputación de Uber, la cual se origina de información sobre una cultura corporativa extraordinariamente negativa. ¿Puedes mejorar la reputación de Uber sin cambiar la cultura?

Soy mujer, soy negra, soy apasionada, soy transparente. La cultura cambia simplemente con el hecho de ser, ¿cierto? Es como cualquier otra cosa en la que cambias una molécula y la materia también lo hace.

En el pasado, Uber ha rechazado notoriamente la idea de que los parámetros son una buena manera de medir la diversidad. ¿Crees que esas evaluaciones son una buena herramienta para mostrar compromiso con el progreso social?

Así es. Nos mantiene a raya. Puedes ver las cifras y asegurarte de que estamos representados por completo y de que la gente se siente satisfecha con su trabajo.

Las marcas que has gestionado en el pasado —Apple, Beats y Pepsi— ya eran marcas muy aceptadas. ¿Será para ti un nuevo desafío que trabajes con una marca que está en crisis?

Confío mucho en mis habilidades y no creo que haya una utopía para ninguno de nosotros, en ninguna de nuestras empresas. Pero no veo la diferencia entre la evolución hacia dónde se dirigía la industria de la música y cómo desarrollar los hábitos de escuchar música de la gente y, ahora, cómo desarrollar los sentimientos de la gente en torno al transporte compartido y Uber.

¿En particular, qué vale la pena rescatar de Uber?

Es tan innovadora y tiene un futuro tan brillante en términos de romper con lo establecido en lo que ha sido un sistema de transporte muy viejo y anticuado. También se trata de las miles de personas que trabajan tan incansablemente cada día para la empresa. Han estado trabajando arduamente durante algunos años para darle vida a un producto. ¿Por qué no habríamos de rescatarlo?

Bueno, algunos podrían argumentar que el incremento del transporte compartido y la economía del trabajo independiente están acabando con el empleo a largo plazo. ¿Crees que Uber desempeña un papel en ayudar a mantener algún tipo de red de seguridad social que solía estar llena de gente que tenía un solo empleo a largo plazo?

No creo que puedas mirar siquiera 200 años atrás y decir que tenemos la misma economía ni la misma sociedad de entonces. Parte de la naturaleza humana es encontrar nuevas maneras de existir. No le temo tanto al futuro en ese sentido, en el que todos seremos eliminados de alguna manera; creo que habrá nuevas maneras para que trabajemos, interactuemos y creemos una economía que sea sustentable.

Atrajiste mucho la atención en el mundo de la tecnología cuando te convertiste en la primera mujer negra en estar sobre el escenario durante la Conferencia Mundial de Desarrolladores de Apple en 2016; diste una vista previa de la función de letras de canciones de iTunes al intentar que los asistentes cantaran “Rapper’s Delight”.

Si lo hubiera hecho con Coldplay, no habría sido auténtica, ¿sabes?

Actualidad Laboral / Con información de The New York Times