La aerolínea de bajo coste Ryanair afronta la semana que viene una huelga de los tripulantes de cabina de España, Portugal, Italia, Bélgica y Holanda. Los sindicatos denuncian la política laboral de la empresa, en concreto, que contrate a sus trabajadores de acuerdo con la legislación irlandesa en lugar de hacerlo con la de los países donde tiene sus bases. El miércoles, un día antes de la junta general de accionistas de la aerolínea, Bruselas lanzó a un aviso a Ryanair: su responsabilidad no solo está en el aire, sino también en tierra con sus trabajadores.
En una entrevista con EL PAÍS y varios medios europeos, ambas comisarias valoraron que la compañía les remitiera esta semana una carta en la que expresaba su intención de ir firmando contratos en cada uno de los países donde tiene sus bases. El miércoles, la aerolínea puso esa propuesta encima de la mesa de los trabajadores belgas, aunque a partir de mayo de 2020. Esa condición no solo es inaceptable para los sindicatos, sino también para la Comisión.
“Es un comienzo que se negocie. La cuestión es cuál es el material que se lleva a la mesa. Y la implementación de la ley existente no lo es”, atajó la comisaria Bulc, quien recordó que los tribunales de justicia de los estados miembros deben asegurarse de que se aplica la ley, tal y como estableció la Corte de Luxemburgo en dos sentencias de 2017. En ellas, la justicia europea dejaba claro que los empleados de la aerolínea debían acudir a los juzgados del lugar donde desempeñaban su trabajo y no allí donde ondeara la bandera de la aerolínea.
Eso es también aplicable, pues, a los contratos laborales, con la salvedad de la Seguridad Social. Esta ahora se rige por esos mismos parámetros desde 2012, pero la directiva europea dio entonces un tiempo de margen a las compañías para adaptar los nuevos contratos.
Con esa jurisprudencia en la mano, el miércoles un juzgado de lo Social de Santa Cruz de Tenerife falló que los tribunales españoles tienen competencia para examinar las relaciones laborales de Ryanair y reconoció como empleado de la aerolínea un piloto contratado a través de otra sociedad. Sin embargo, y pese a las buenas intenciones expresadas ante la Comisión, la compañía sigue sin reconocer otra jurisdicción que la irlandesa y dijo que recurrirá la sentencia “de inmediato”.
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