Muchas compañías de todo el planeta ya permiten que sus empleados puedan cerrar los ojos y viajar hasta el séptimo cielo durante unos minutos. De esta manera, se recobran fuerzas de cara a las últimas horas de trabajo del día, se reducen problemas como el estrés o la ansiedad -causantes de una alta cifra de bajas- y se mejoran la productividad, la concentración y la memoria.


La medida de poder dormir unos minutos en el contexto de la empresa ha arraigado en los últimos años una amplia tradición en Japón, aunque en el país nipón guarda diferencias con la siesta occidental. Allí se conoce como ‘inemuri’, vocablo que denomina las pequeñas siestas en el transporte público y durante las reuniones de trabajo, clases y conferencias, socialmente aceptadas y vistas como resultado del agotamiento, aunque la persona debe ser capaz de retornar a la situación previa cuando sea requerido. capaz de volver a la situación social cuando se requiere.


De hecho, el inemuri significa literalmente “dormir mientras uno está presente” y se trata de una práctica bien considerada por jefes y supervisores, ya que indica el cansancio acumulado tras entregarse a la faena en cuerpo y alma durante horas, síntoma de la dedicación absoluta al trabajo.  Es decir, el inemuri es visto como una consecuencia de la absoluta dedicación al trabajo.


Cada vez más las siestas son apreciadas por las empresas como períodos de descanso para reactivar la energía y potencial de los trabajadores, por lo que en países como Estados Unidos ya son numerosas las compañías que cuentan con espacios específicos para que sus miembros puedan optar al merecido descanso. “Un pequeño sueño ayuda a eliminar los desechos metabólicos y las toxinas del cerebro”, según recuerda la académica Natalie Dautovich, de la Fundación Nacional del Sueño de Estados Unidos.


Especialmente para aquellas personas que no duermen de siete a nueve horas diarias, la siesta es la llave para obtener un mejor desempeño. La siesta aporta ventajas en lo relativo a nuestras facultades mentales y físicas: según un estudio dirigido por Matthew Walker, profesor de psicología de la universidad de Berkeley en California, las personas que la duermen rinden más por las tardes que las que no lo hacen. Además, dormir contribuye a fijar conocimientos, mejorar la memoria y restaurar la capacidad de aprendizaje. De esta manera, una siesta a la mitad de la jornada es la llave para entrenar tu mente y ahuyentar el estrés, el peor enemigo de nuestro sistema inmune.


Actualidad Laboral / Con información de TicBeat