Las diferencias entre los mercados laborales de la eurozona o de la UE en conjunto son evidentes. La curva de Beveridge muestra con claridad como varios países del continente no encuentran la mano obra que necesitan, mientras que en otras naciones las empresas cuentan con un importante elenco de personas entre las que elegir para cubrir los puestos. No obstante, si esta curva se analiza a nivel agregado deja entrever algo importante: el cambio radical del mercado laboral en la última década. A pesar de que los niveles de desempleo siguen siendo elevados, la tasa de vacantes alcanza niveles históricos, es decir, existe un fuerte desajuste entre las habilidades requeridas por las empresas y los perfiles disponibles en el mercado laboral.
La curva de Beveridge es un indicador que muestra la relación entre la tasa de paro y la tasa de vacantes en un mercado laboral. Según la agencia de estadística de la Comisión Europea (Eurostat), una vacante de empleo es un puesto (recién creado, desocupado o a punto de quedar vacío) en el que el empleador busca de forma activa un candidato con las habilidades adecuadas para que ocupe dicho lugar.
Una tasa de vacantes alta quiere decir que los empleadores tienen problemas para ocupar esos puestos, ya sea porque el mercado laboral goza de pleno empleo (y hay que buscar en otras empresas) o porque la empresa no encuentra el candidato con las habilidades requeridas en el mercado.
Desde Eurostat destacan que la elevada tasa de vacantes refleja la parte de la demanda de factor trabajo no encontrada (demanda de trabajadores), lo que puede ser un reflejo de los desajustes entre las habilidades que disponen los desempleados y las que buscan los empleadores.
La automatización del sistema productivo está llevando a los empleadores a buscar cada vez unas habilidades más específicas, lo que puede estar desplazando la curva en exceso hacía arriba a pesar de que la tasa de paro aún se encuentra lejos de los niveles previos a la crisis, lo que deja el punto de encuentro de esta curva cerca de la parte exterior.
Los economistas de CaixaBank Research destacaban en un informe mensual que "el aumento del desajuste de habilidades está dificultando el proceso de emparejamiento en el mercado laboral en la mayoría de los países de la eurozona".
Pero lo más importante de todo es que "aunque parte de este movimiento ha sido cíclico y, por tanto, se irá revirtiendo con la recuperación económica, otra parte importante es estructural . De ahí la necesidad de una mayor coordinación entre las políticas pasivas y activas, y de fomentar programas de formación que ayuden a alinear el capital humano del parado y las necesidades de la empresa", concluye el informe.
Diferencias entre países
Eurostat ha actualizado la curva de Beveridge con datos del tercer trimestre de 2016 y ha dejado entrever las fuertes diferencias que existen entre los mercados laborales del 'Viejo Continente'. Países como la República Checa, Alemania y Reino Unido cuentan con tasas de paro muy reducidas, mientras que sus tasas de vacantes se encuentran entre las más altas de Europa.
En el lado opuesto aparecen Grecia y España, con niveles de desempleo relativamente altos y una tasa de vacantes muy baja en comparación con el resto de miembros de la Unión Europea.
Estas diferencias se deben sobre todo a factores cíclicos y a las diferentes flexibilidades de los mercados laborales, no obstante, a medida que los países del sur vayan alcanzando unos niveles de ocupación próximos a la normalidad, la curva de Beveridge comenzará a desplazarse de forma similar a la del conjunto de la eurozona, como producto del cambio irreversible del sistema productivo.
Actualidad Laboral / Con información de El Economista