El presidente de la Cámara de Comercio e Industrias del Municipio Caroní, David Bermúdez, manifestó su preocupación por la reciente ola de saqueos; y, por las fiscalizaciones y rebajas, obligadas, de precios en cadenas de supermercados del centro del país, principalmente. Pues, considera que “se está institucionalizando el rompimiento de la cadena de distribución, que no es más que una cadena de valor donde intervienen muchos factores y el último que le da la cara al ciudadano, es el comercio”.
Sus declaraciones coincidieron este lunes con el anuncio de diputados de la Asamblea Nacional (AN), en torno a la inflación de 2017, que cerró en 2.616%, una variación que superó las expectativas del Poder Legislativo. “Nos preocupa que a esta fecha, es difícil explicarle a la gente que los aumentos de precios no son culpa del comercio, sino que radican en una serie de errores en los modelos de controles, y cuando rompes esa cadena de distribución, todos estamos afectados”.
El ejemplo más cercano, y evidente, para los habitantes del estado Bolívar del control estatal, fue la expropiación de la distribuidora de alimentos Friosa. Empresa que, tras la toma estatal en 2010 se sumió en el fracaso, recordó. Sus puntos de venta, antes ejemplo de eficacia en distribución de alimentos Koma y La Fuente, están vacíos y, en el caso del primero, cerrado.
“Hay negocios que fueron saqueados y no han podido recuperarse. ¿A dónde nos vamos a abastecer si se atenta contra la cadena de distribución?”, dijo. El dirigente gremial reiteró, como ha considerado en declaraciones previas, que es necesario alcanzar acuerdos de convivencia en el país. “Llegar a un acuerdo de un modelo de desarrollo económico que privilegie lo hecho en las empresas nacionales, el empleo decente y productivo, y normas de convivencia política (…). No tenemos conflictos étnicos ni religiosos, mientras que con las diferencias políticas podemos llegar a acuerdos”.
Déficit de efectivo, más control social
Para aminorar el descontento ciudadano, Bermúdez exhortó a los comerciantes a recibir los billetes de 50 y 100 bolívares. Pues, sostiene que no existe ningún basamento legal que avale la no aceptación. “Si bien es molesto recibir esos billetes por los volúmenes que genera, no podemos poner trabas a que la gente adquiera los productos. No puedes a una gente con hambre, negarle un bien”, afirmó.
Pero, reiteró, que debe haber conciencia de parte de los compradores. “No es culpa del comerciante el aumento de los precios, esto es consecuencia de los modelos de control. El tema del efectivo es otro tema de control, es consecuencia de lo que vivimos. Si funcionaran los medios electrónicos, no hubiese este problema”.
Ejemplificó cómo algunas variaciones de precios de determinados productos, que se observan en tarantines informales respecto a supermercados, provienen de que el segundo acude a un importador para adquirir los alimentos brasileños con dólares propios. “El costo es muy diferente al de comerciantes populares que se van a la frontera y llevan los bolívares en efectivo, porque cobran en efectivo. El cambio del real es más económico en efectivo y genera esa disparidad”.
Miedo y zozobra en el sector comercial
Tras la ola de saqueos en Caicara del Orinoco y los asaltos en negocios de San Félix y el sector Las Amazonas, de la parroquia Unare, durante las noches del domingo y el lunes; el presidente de Camcaroní sostuvo que el sector comercio, en general, trabaja con temor. “Los comerciantes trabajan con mucho miedo y zozobra porque, no sabes hasta cuándo tienes negocio; sobre todo los más pequeños porque son el patrimonio familiar. Te sientes entrampado porque no sabes en qué momento te llega el tremedal”, expresó.
En otros tiempos, dijo, los comerciantes adquirían en noviembre los productos que requerirían para diciembre y enero del año siguiente, cuando muchas fábricas toman vacaciones colectivas; pero la falta de producción y el riesgo de ser catalogado de acaparador, ha impedido mantener esta planificación.
Pero, ahora, “¿quién se va a arriesgar a traer mercancía, si te van a obligar a venderla a menos?”, se pregunta. Ese es el miedo de los comerciantes que ahora se aviva con las recientes explosiones de saqueos.
Actualidad Laboral / Con información del Correo del Caroní