De lo anterior se explica por qué la tendencia de que cada día en las actividades laborales menos personas dedican su tiempo a hacer o mover cosas y el peso del área de servicios de la economía frente a la industrial y agrícola. Lo cual ha de implicar un profundo cambio en la educación para el trabajo.
La educación para el trabajo hoy, debe estar preferentemente orientada hacia las habilidades gerenciales que comprenda el proceso administrativo en sus fases de planificación, organización, dirección y control; administración de proyectos, estudio de procesos estratégicos, operativos y de apoyo; gestión humana, antes llamada recursos humanos; el componente económico-financiero, y marketing en todas sus vertientes; y de forma destacada la gestión total de calidad.
Hay que generar importantes cambios en la educación para el trabajo en todos los niveles educativos; así como en la capacitación del personal que labora en las distintas organizaciones.
Si no se comprenden y se aplican esos profundos cambios de enfoque poco impacto tendrán las reformas educativas en la vida de las organizaciones y personas. Y se repetirá una y otra vez la escena de una gran cantidad de personas al margen del mundo laboral tanto como empleados como micro, medianos o pequeños empresarios.
La educación para el trabajo hoy ha de asegurar una formación en habilidades gerenciales al término de la educación básica para quienes no continúan los estudios formales, y su ampliación y profundización en el nivel medio; así como reorientar a partir de tales criterios la llamada formación técnico profesional; y hacerlo así también en el entrenamiento en servicio al interior de las organizaciones públicas, privadas de fines comerciales y no gubernamentales lo cual cada día es más frecuente, aunque para que sea realmente eficaz debe corresponder a un enfoque gerencial integral más que cursos aislados.