13-01-2022

La mayor parte de los países de América Latina y el Caribe no retomarán el crecimiento hasta 2025 y esta será la región del mundo que más se va a desacelerar este año, ya que solo se prevé que crezca 2,1 %, un tercio de lo que creció en 2021 aunque con grandes asimetrías dentro de la región.


Las previsiones ofrecidas por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) no son halagüeñas porque, como dijo su directora, Alicia Bárcena, la situación será más compleja que el año pasado y “los costos sociales de la pandemia se van a quedar tiempo y serán difíciles de superar”.


Uno de los grandes retos será el desempleo. En 2021 no se recuperaron un 30% de los puestos de trabajo perdidos en el primer año de pandemia y se constató una “salida contundente de las mujeres del mercado laboral”.


Además, la CEPAL prevé un empeoramiento de las condiciones laborales y un aumento en la informalidad con “devastadores efectos”, sobre todo en materia de género, dijo Bárcena, por lo que alentó a reforzar los sistemas de protección social con transferencias y otros apoyos.


La inflación seguirá siendo otro quebradero de cabeza regional unido a la falta de inversión. La tasa de un 19,5% de inversión respecto del PIB es la más baja del mundo y la brecha de productividad entre América Latina y Estados Unidos es cada vez mayor.


Los bancos centrales anticipan que los niveles de inflación se mantendrán por encima del rango meta establecido, aunque tenderán a converger a estos hacia finales de 2022, o comienzos de 2023. Nuevamente el precio de la energía y de los alimentos en los mercados internacionales, así como la evolución del tipo de cambio, serán fundamentales.


Para controlar los precios, la CEPAL apuesta por usar otros instrumentos —no solo los tipos de cambio— y aboga por mejorar la estructura tributaria para aumentar los niveles de recaudación y que se mantenga el gasto público y a inversión que siempre es la variable que sufre el mayor castigo.


Según explicó Bárcena, el crecimiento del 6,2% en 2021 se debió sobre todo al consumo privado, unido a las exportaciones y el gran aumento de las remesas ayudó a estabilizar las economías pero no de la manera correcta.


Actualidad Laboral / Con información de AP