La inseguridad alimentaria empeoró en el mundo en 2023 y cerca de 282 millones de personas necesitaron ayuda de emergencia a causa de los conflictos, especialmente en Gaza y Sudán, así como por episodios climáticos extremos y crisis económicas, según un informe divulgado el miércoles.
El número de personas en situación crítica aumentó en 24 millones respecto a 2022, según este informe elaborado conjuntamente por 16 agencias de la ONU y organizaciones humanitarias.
En América Latina, casi 20 millones de personas en nueve países sufren inseguridad alimentaria aguda. El número aumentó de 17,8 millones en 2022 a 19,7 millones en 2023.
Colombia se suma por primera vez a la lista de países con inseguridad alimentaria aguda. El informe dice que solamente el 3 % de la población autóctona (1,6 millones de personas) se encuentra en esta situación frente al 62 % de los migrantes y refugiados (2,9 millones).
En Haití, la violencia y la inestabilidad política provoca que 1,8 millones de personas se encuentren en una situación de extrema vulnerabilidad alimentaria, es decir 200.000 más que en 2022.
Globalmente es el quinto año consecutivo en el que el número de personas en estado de inseguridad alimentaria aguda aumenta en el mundo.
En América Latina, la llegada constante de migrantes y refugiados a Colombia, Perú y Ecuador constituye una fuente de preocupación, además del impacto del fenómeno climático El Niño.
Venezuela también es uno de los países "que ha sido identificado como preocupante en todas las ediciones" de este informe, recuerdan los autores.
A pesar de que la producción de cereales aumentó, la inflación fue el gran problema del país caribeño, donde "el precio de la cesta básica siguió siendo cuatro veces más alta que el salario mensual".
"En un mundo de abundancia, los niños mueren de hambre. Las guerras, el caos climático y la crisis del costo de vida, combinados con una acción inadecuada, resultan en cerca de 300 millones de personas enfrentando una crisis alimentaria aguda en 2023", lamenta el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, en el prólogo del informe.
"Los gobiernos deben fortalecer los recursos disponibles para el desarrollo sostenible", insta. Especialmente porque los costos de distribución de la ayuda han aumentado.
"La crisis alimentaria mundial es fundamentalmente una crisis moral", reaccionó la organización Oxfam mediante un comunicado.
Para 2024, el desarrollo "dependerá del cese de las hostilidades", señala Fleur Wouterse. "Tan pronto como los accesos humanitarios" a Gaza y Sudán sean posibles, por ejemplo, la ayuda podría "mitigar rápidamente" la crisis alimentaria, dice.
Actualidad Laboral / Con información de Revista EyN