China fijó su pronóstico de crecimiento económico por encima del 6% para este año, a medida que se recupera con fuerza de la caída provocada por la pandemia de COVID-19. El Gobierno chino pretende crear más de 11 millones de empleos en las urbes este año; y planea un déficit presupuestario del 3.2% del Producto Interno Bruto (PIB), dijo el viernes (tiempo local) el primer ministro Li Keqiang en la apertura de la Asamblea Popular Nacional.
La economía de China fue la única de las grandes del mundo que se expandió el año pasado: ayudada por las inyecciones de liquidez del Banco Central para apoyar a las empresas, el gasto fiscal extra en infraestructuras y el rápido control de los brotes de coronavirus en el país. Su recuperación en forma de V, junto con la recesión en Estados Unidos y otros países, sitúa a China en camino de convertirse en la mayor economía del mundo en 2028; dos años antes de lo previsto, según las proyecciones de varios bancos, entre ellos Nomura Holdings.
Los economistas prevén que la economía se expandirá un 8.4% este año, en parte, debido a la baja base del 2020. Junto a esa recuperación, se ha producido un aumento de la deuda y la preocupación por las burbujas de activos; lo que alimenta las expectativas de que los políticos retiren el estímulo monetario y fiscal, desencadenado durante la pandemia el año pasado.
La reunión de este año de la Asamblea Popular Nacional, principal órgano legislativo de China, tiene una importancia añadida; debido a la publicación de un nuevo plan quinquenal que abarca el periodo 2021-2025. Algunos de los objetivos clave que ya se han esbozado son: el fortalecimiento de la demanda de los consumidores, la inversión en industrias de alta tecnología y el tratamiento de los retos a largo plazo, como el envejecimiento de la población.
Actualidad Laboral / Con información de El Financiero