Trabajar frente a una persona completamente imposible, hace de tu día a día laboral un verdadero reto. Cuando no soportas a un compañero y debes trabajar codo con codo con él, tu yo resolutivo mengua hasta incluso desaparecer por completo. A veces es porque la relación no comenzó con buen pie. Algunas porque esa persona te lo pone realmente difícil. Otras, en cambio, es por tu incapacidad para aceptarla. Pero para todo hay solución.
Mark Nevins es el presidente de Nevins Consulting. Asesora y consulta a ejecutivos senior y sus equipos sobre liderazgo, cambio y efectividad de las empresas. Este tipo de casos se le ha presentado en innumerables ocasiones, pero él tiene sus trucos para atajarlo. Lo cuenta en un artículo para 'Harvard Business Review'. Allí da los mejores consejos para abordar situaciones de verdadera tensión entre compañeros.
Aceptación y reflexión
“Recuerda: no te llevarás bien con todos, pero hay un valor potencial en cada interacción con los demás. Puedes y debes aprender de casi todas las personas que conoces, y la responsabilidad de hacer que eso suceda depende de ti, incluso si la relación no es fácil”, dice Nevins.
Hay que atender de cerca la situación. Debes ser honesto con el papel que juegas en esta tensión. Es muy probable que tu reacción sea el verdadero problema. Y ante eso la solución es sencilla, ya que realmente es lo único que puedes hacer: controlar tu reacción.
Intentar comprender la otra postura
Para esto debes trabajar duro. “Pocas personas se levantan de la cama por la mañana con el objetivo de hacer tu vida miserable. Tómate un tiempo para pensar deliberadamente sobre el punto de vista de la otra persona, especialmente si esa persona es esencial para tu éxito”, asegura Nevins.
Pregúntate acerca de los motivos del comportamiento erróneo de tu compañero. Qué los suscita. Qué es lo que puede querer de ti. A veces, hacerte esas preguntas te darán la respuesta a tus problemas.
Solucionar problemas vs. crítica y competitividad
“Para trabajar mejor juntos, es importante pasar de una postura competitiva a una de colaboración. Una táctica es ‘entregar’ a la otra persona el problema. En lugar de tratar de trabajar a través o alrededor de la otra persona, compromételo directamente”, dice Nevins.
Quizá en un almuerzo programado se pueden poner las cartas sobre la mesa y entre los dos buscar la manera de trabajar bien y cómodos juntos. Y a la hora de trabajar haz las preguntas que sean necesarias para acertar en cómo deben trabajar en equipo. A veces, en una situación de tensión, la vehemencia te hace demasiado asertivo y eso puede provocar muchas más tensiones.
Sé consciente de tu carácter interpersonal
“Es fácil asociar los conflictos a una ‘química pobre’ con otra persona, pero todos tienen estilos diferentes y, a menudo, ser conscientes de esas diferencias puede ayudar”, asegura Nevins.
Puede que seas demasiado reservado y tu compañero en exceso extrovertido y entusiasta. Lo ideal es detectar los caracteres y encontrar los amarres entre ellos. Las compatibilidades. Puede resultar que el uno al otro os aportéis las carencias necesarias para el buen desarrollo del proyecto en común.
Y por último, no temas pedir ayuda. “Pedir ayuda puede reiniciar una relación difícil porque muestra que valoras la inteligencia y la experiencia de la otra persona”, dice Nevins. Puedes aprovechar la sabiduría de tu compañero para abordar un problema en tu campo y, de paso, amansar las aguas. Muchas veces son las percepciones que tenemos los unos de los otros los que ponen obstáculos en el camino de la interrelación. Pedir ayuda a tu mayor supuesto enemigo, podría suponer un borrón y cuenta nueva en vuestra relación.
Actualidad laboral / Con información de La Información / Raúl Rustarazo