Cuando la mayoría de los venezolanos aún no ha cobrado la primera quincena con el aumento del salario mínimo, ya los establecimientos de comida subieron los precios. Tal es el caso de las panaderías, abastos, locales de comida rápida y negocios pequeños.
“Desayunar, almorzar, merendar o cenar en la calle es imposible en este país. Ruego a Dios que las diligencias no me agarren con hambre en la calle, porque antes me desmayo que comprar algo que me sustente. Vengo de la panadería, y un café pequeño sale en Bs. 2000. Un dulce, que cada vez son más chiquitos, cuesta Bs. 5500. Eso es una grosería. Y ni hablar de las comidas más grandes, por decirlo así; una pizza mediana con 3 ingredientes la venden en Bs. 31000, un sándwich de queso paisa en Bs. 6750. Me pregunto, ¿de verdad hay gente que puede costearse eso? Supongo que sí, pero no sé cómo harán”, contó Vanessa Hernández, quien trabaja como supervisora de ventas de una marca pequeña de helados, y se encontraba en El Paraíso ofreciendo el producto en locales de la zona.
Al constatar los precios de algunos productos en establecimientos, se pudo observar que desde el día lunes a hoy, todo parece haber subido por lo menos el doble. Al preguntarle al dueño de un abasto ubicado en La Paz el porqué de esos aumentos, él mismo expresó que si no suben los precios no pueden adquirir más mercancía; puesto que, al vender lo que tienen, si lo hacen al mismo precio cuando van a los distribuidores, ya no les alcanza para comprar. “Esto es un círculo vicioso del que nadie escapa. Nosotros entendemos el susto de la gente cuando consigue que todo subió. ¿Pero cómo hacemos? Si vendemos lo que nos queda al precio que teníamos la semana pasada, nos tocará cerrar, porque no tenemos de dónde sacar para comprar de nuevo y reponer el inventario. Mire, ya yo ni empleados tengo, aquí atendemos mi esposa, mi hija y yo. Porque, prácticamente trabajamos a pérdida, por no querer cerrar. Entonces buscamos la manera de sobrevivir”, dijo el dueño del supermercado pequeño que se identificó como, José Figueira.
En dicho local, se consiguen productos que en otros lugares no se ven, como mayonesa Mavesa en Bs. 4500, cafe 1/2 Kg. importado en Bs. 8000, compotas Heinz en Bs. 2150, papel higiénico de 4 rollos en Bs. 4800, arroz en Bs. 3500 y mantequilla en 3500.
En los locales de comida rápida también se puede notar el incremento de precios. Un combo de arroz chino no baja de los Bs. 7000, las pizzas oscilan entre Bs. 7000 y Bs. 45000, las hamburguesas más económicas se consiguen en Bs. 8000, hasta en los llamados “perrocalienteros” los precios dejaron de ser asequibles. Un perro caliente sencillo cuesta Bs. 3000.
Un venezolano que tenga que comer en la calle necesitaría, por lo menos, Bs. 20.000; lo que significa que con un sueldo mínimo no le alcanzaría para cubrir los gastos de comida fuera de casa, ni un solo día. Por ejemplo: Un desayuno económico podrían ser dos empanadas y un jugo, costo: Bs. 4500. Cada empanada, igual que un vaso con jugo, cuesta Bs. 1500 en los lugares más baratos, en otros ya las tienen en Bs. 3000. Un almuerzo en un lugar económico y rápido no baja de Bs. 15.000, a menos que se coma lo que los venezolanos llaman “bala fría” (hamburguesa, pizza, perro caliente, sándwich) y como se dijo anteriormente, lo que cuesta menos es el perro caliente (pan, salchicha y dos salsas, si hay); si se come dos, más una bebida son Bs. 8000. La cena podría ser nuevamente una comida callejera, para ahorrar, son Bs. 8000 más. Lo que da un total de Bs. 20.500. Una persona con sueldo mínimo, con gastos de servicios, transporte, educación y alimentación, no puede ni darse el gusto de comer una vez al mes fuera de la casa.
Actualidad Laboral / Con información de Descifrado