Probablemente a quien esté leyendo este artículo le suene la siguiente frase: "Cuéntame un poco sobre ti". Es un ritual, a veces iniciático y a veces cargado de intención, que se repite en casi todas las entrevistas de trabajo. Pero, ¿existe una manera correcta de responder? ¿Es una forma de romper el hielo o exige una contestación elaborada? ¿Qué espera oír la persona que está enfrente?
"Piensa mal y acertarás", dice el refrán. En efecto, no se trata de una pregunta cualquiera. "Lo que refleja es quién tiene el control. Recuerda siempre que las personas que preguntan son las que tienen el control de la conversación y las que responden son las que no tienen el control de la conversación. Entonces, un 'háblame de ti' en una fase temprana de la entrevista deja muy claro quién lleva el control de la conversación", explica en su canal de YouTube María Gutiérrez, fundadora de la plataforma de selección sin currículum Hiwook.
"Lo que tendrás que hacer es utilizar esa pregunta, esa oportunidad que tienes de hablar, para decir las cosas oportunas y que mayor impacto positivo causen en la otra persona", sugiere la experta. "Ya que te han pasado una patata caliente, utilízala para dar buena imagen y no para salir escaldado", alienta.
No es una biografía
Tal y como explica el especialista en comunicación empresarial Joel Schwartzberg en la revista de la Escuela de Negocios de Harvard, lo que busca el entrevistador no es conocer la trayectoria laboral. Para eso ya está el currículum o LinkedIn. "Las entrevistas tienen más que ver con hacer buenas migas que con demostrar que estás cualificado. Si no estuvieras cualificado, no estarías en la sala", aclara Schwartzberg. Con él coincide el experto en estrategias profesionales John Lee, que recomienda ponerse en la situación del empleador: "En su cabeza está imaginando cómo serías tú trabajando con su equipo, hablando con otros jefes o con clientes".
Tampoco es el momento de revelar información personal. Nada de hablar sobre familia, vacaciones o esa colección tan bonita de monedas sumerias. "Eso puede suceder más tarde, cuando la entrevista esté terminando. Por ahora, aprovecha al máximo este primer contacto para dar una buena impresión", recomienda Schwartzberg. Lo importante es dar únicamente datos relevantes, a juicio de María Gutiérrez: "Si tiene relevancia para lo que vas a contar después, menciónalo muy por encima, pero de lo contrario, no lo menciones".
La CEO de Hiwook también desaconseja describirse en términos socioeconómicos. "Si digo que soy una mujer de 42 años, con tres hijos, que vive en la Sierra Norte de Madrid, no dice nada sobre mí y en la otra persona activa todos los estereotipos. Intenta cortar el rollo con eso". Asimismo, considera importante ir al grano: "No te enrolles, no digas frases y frases. Eso aburre a cualquier persona y lo que hará será desconectar, aunque tú pienses que estás contando algo muy valioso".
Identifica las necesidades
"Lo que tienes que contar son historias, anécdotas o cuestiones que tengan relevancia para el puesto", explica Gutiérrez. Para ello, el primer paso se da antes de llegar a la entrevista. Es fundamental examinar a fondo la descripción del puesto y conocer la cultura de la empresa para saber qué habilidades se valoran. La Escuela de Negocios de Harvard propone un método a este respecto:
"Si has hecho bien las cosas antes de llegar a la entrevista, ya sabes mucha información de cuál es el puesto que estás solicitando y, como además conoces muy bien tu propia vida, sabes encontrar recursos en tu mente que refuercen que tú eres la persona adecuada para ese puesto", detalla Gutiérrez. "Aunque tú hayas hecho mil cosas, tienes que asegurarte de qué es lo más importante para la otra persona y contar tu historia en función de lo importante para la otra persona".
Actualidad Laboral / Con información de El Confidencial