El éxito de tu negocio se define desde antes de poner a andar tu idea. No tomes a la ligera el trabajo previo a ejecutar tu proyecto, podrías encontrarte con una mala sorpresa en el camino. Sigue estos 6 sencillos pasos para asegurar el éxito de tu idea:
1- Desarrollo del concepto
Inicia por preguntarte, ¿qué necesidad de los consumidores puedo satisfacer? Entre más clara sea tu respuesta, más fácil te será explicar (y poner en marcha) tu idea de negocio. Cada emprendedor es por excelencia un observador. Lo que tú ofreces son soluciones a situaciones comunes que tú mismo has vivido, o has visto de cerca. Considera a tus clientes potenciales; ya que tengas la idea, lo siguiente es comprobar la respuesta del mercado.
2- Estudio de mercado
Lanzar tu negocio sin haber hecho un estudio de mercado es lanzarte a un abismo. Tu negocio tendrá éxito en la medida que conozcas el mercado. La competencia y el comportamiento de los clientes son algunos factores que debes analizar, recuerda que el mercado está en constante cambio. Comprueba que lo que ofrece tu negocio sea diferente y relevante, y que tenga precios competitivos.
3- Estrategia de mercado
Define cómo vas a vender tu producto. No se trata solo del canal, ten claros los métodos y puntos de distribución, los costes y los ingresos. Son parte de tu modelo de negocio, el que dará vida a tu idea. Establece cómo te vas a dar a conocer y, acorta el camino para que tu producto llegue a las manos de los clientes.
4- Experiencia previa al proyecto
Saca provecho de tu experiencia profesional pues, puede que hayas trabajado en el mismo sector o en uno complementario. Pregúntate qué funcionaba antes y qué puede funcionar mejor ahora. Aprovecha tu red de contactos, no solo se trata de crear y gestionar: también debes saber comercializar. Tienes que reconocer la naturaleza evolutiva de la tendencia del mercado. Prepárate para innovar, el mejor empresario sabe que sus ideas van a evolucionar.
5- Análisis financiero
Para que tu negocio arranque, por muy pequeño que sea, se necesita dinero. Calcula el total de los fondos necesarios para iniciar tu negocio. Luego, establece cuánto de esto cubre la aportación de tu capital y cuánto solicitarás de un inversionista.
Calcular los beneficios te dirá si tu proyecto es viable o no. El beneficio que preveas obtener debe satisfacer la expectativa del inversionista. También debes considerar la liquidez del negocio; este debe ser capaz de cubrir sus pagos de manera inmediata desde el primer año. El saldo final será la suma del saldo inicial y los cobros, menos los pagos.
Las entidades que ofrecen financiamiento y los inversionistas buscan proyectos sólidos. Lo que quieren es tener la garantía de que tu negocio va a ser capaz de generar ciertos ingresos. Debes prever todos los flujos posibles de la caja, demostrar el control de gastos que vas a implementar. No descartes la posibilidad de asociarte con otra persona para aumentar la capacidad financiera.
6- Punto de equilibrio
Los escenarios ideales eso son: ideales. En la realidad existen muchísimas variables que van a desafiar tu plan de negocio. Las ventas no van a ser iguales cada mes, prevé situaciones que puedan hacerlas variar o algún retraso en los pagos. Conoce tu punto de equilibrio: donde se igualan los ingresos con los costes. El beneficio se refleja cuando tus ventas superan este punto; evita a toda costa estar por debajo de él.
Las ideas de negocio que siguen este camino tienen muchísimas más probabilidades de crecer. Si a tu idea le urge salir al mercado, retenla solo lo suficiente para poder realizar este análisis. Si resulta viable, no esperes más.
Actualidad Laboral / Con información de Jürgen Klarić