Las vacaciones son una gran herramienta para liberar a los empleados de la tensión propia de muchos centros de trabajo, pero ¿qué hacer el resto del año? Tenemos claro, los fines de semana, aunque estos no siempre son suficiente. Como atestiguan algunos estudios, durante el fin de semana estamos, significativamente más felices y menos preocupados que durante los días laborables. Pero, este efecto no es duradero, llega el lunes y nuestra rutina no ha cambiado.
Todavía hay algo que podemos hacer para desconectar con más intensidad el fin de semana y que sus efectos, reduzcan el estrés de la semana laboral: tomárselos como si fueran unas verdaderas vacaciones. Así lo asegura, al menos, un grupo de investigadores de la Universidad de California en Los Ángeles, Estados Unidos; que, tras realizar una serie de experimentos, ha llegado a la conclusión de que cuando las personas se obligan a tratar un fin de semana como si estuvieran en vacaciones, regresan a trabajar los lunes más felices, que aquellas personas que no se plantean nada.
Según los investigadores, esto no tiene que ver con el hecho de que las personas dediquen menos tiempo a hacer diligencias o limpiar la casa, y empleen más tiempo a actividades placenteras. El efecto tiene más que ver con el hecho de que, una vez que las personas creen salir de su rutina normal de fin de semana, viven este con más intensidad, aunque en realidad hagan lo mismo.
Un fin de semana consciente
¿Cómo han llegado los investigadores a esta conclusión? Lo que hicieron fue reclutar a 400 trabajadores estadounidenses durante un fin de semana normal, en mayo de 2017. A la mitad le dijeron que trataran de vivir el fin de semana como si fueran vacaciones, a la otra mitad, que su fin de semana era normal. Eso fue todo. Al volver al trabajo el lunes, los trabajadores tuvieron que completar una encuesta que medía su estado actual de felicidad. Los resultados mostraron que aquellos que habían tratado su fin de semana como unas vacaciones fueron, significativamente más felices, que aquellos que lo trataron como un fin de semana normal.
Los resultados fueron tan satisfactorios que los investigadores repitieron el experimento con otras 500 personas. En esta ocasión, midieron también lo que los participantes habían hecho durante el fin de semana. De nuevo, aquellas personas que habían sido instruidas para vivir el fin de semana como unas vacaciones eran significativamente más felices.
En este segundo experimento, los investigadores comprobaron que las personas que trataron el fin de semana como vacaciones, hicieron algunas cosas diferentes: realizaron menos tareas domésticas, adelantaron menos trabajo, estuvieron más tiempo en la cama con sus parejas y comieron un poco más. Pero los investigadores descubrieron que, tras controlar todas las conductas específicas, solo un factor predecía una mayor felicidad: una mayor concentración en el momento presente. Algo que se logra, sencillamente, pensando que estás de vacaciones.
La doctora Mogilner Holmes, autora principal del estudio, pone un ejemplo de este efecto en un artículo para 'Harvard Business Review'. Dos mujeres, una en el grupo de control y otra que recibió instrucciones de tratar su fin de semana como si fueran unas vacaciones, incidieron en cómo se habían planteado el desayuno del sábado. La mujer del grupo de control aseguró haberlo hecho con placer; pero la segunda llevo su experiencia un paso más allá, haciendo tortitas para toda la familia, algo que, explicó, solo hacía en vacaciones, y lo disfrutó más de lo habitual.
En opinión de Holmes, la diferencia entre la experiencia de las mujeres es sutil, pero crucial. “A pesar de que sus actividades y comportamientos eran en gran medida los mismos, fue la atención de la segunda mujer al momento presente, su mentalidad, lo que produjo el efecto posterior en la felicidad durante el resto del fin de semana y el lunes siguiente”, concluye la investigadora.
El poderoso efecto de la mentalidad
Investigaciones anteriores sugieren que reducir la velocidad y prestar más atención al entorno, a cada actividad concreta y a las personas involucradas en ella, te permite disfrutar más de lo que estás haciendo.Te ayuda a saborear las experiencias y la vida un poco más. Y este estado mental, asegura Holmes, se puede practicar mejor durante el fin de semana.
Muchas veces no es posible vivir los fines de semana como si estuviéramos de vacaciones, si ninguna preocupación, pero Holmes sugiere reservar una parte de estos de para disfrutar plenamente, como lo harías en vacaciones. También ayuda aplicar una mentalidad de vacaciones a cualquier tarea que se realice: “Reduce la velocidad, se consciente, y hazlo más divertido; pon un poco de música alegre en el auto mientras haces recados o prepárate una margarita para doblar la ropa”.
Trata de disfrutar más del fin de semana, pero sin obligaciones. “Dado que la mentalidad de vacaciones y la felicidad resultante se derivan de una ruptura mental de la rutina diaria, esta intervención no puede convertirse en una rutina en sí misma”, advierte Holmes.
Actualidad Laboral / Con datos de La Información