Honestamente fue una de las oportunidades más gratificantes que he tenido en mi carrera. La cualidad más admirable de Mark como líder y gerente es que siempre está abierto a las ideas.

Cuando no estábamos de acuerdo, en lugar de ponerse a la defensiva o tratar de “convencerme” de su punto de vista como hacían muchos líderes de productos con quienes he trabajado, siempre quiso entender a fondo mi punto de vista.

Su respuesta predeterminada cuando teníamos complejas discusiones sobre productos era hacer un montón de preguntas, en una especia de revisión socrática del producto. Y yo, así como muchas de las personas que trabajaron para Mark, realizábamos largos paseos junto a él por el campus de Facebook debatiendo sobre la estrategia y el producto durante horas.

Las interacciones fueron siempre muy gratificantes de forma intelectual. Fuimos capaces de superar profundos desacuerdos sin que la discusión sea beligerante, y siempre sentí que él respetaba profundamente mi punto de vista.

El proceso también era agotador. Mark tiene una energía inagotable y estaba dispuesto a discutir un problema de producto hasta llegar a la respuesta “correcta” incluso si eso significaba horas, días, o incluso semanas de caminatas para hablar de ello. Puedo decir sinceramente que algunas de estas discusiones terminaron en yo “dándole la razón” al haber perdido una guerra mental de desgaste.

Ha sido interesante para mí contrastar mi experiencia en Facebook con respecto a mi experiencia en los primeros años de Google. A partir del periodo 2004-2006, Google adoptó un enfoque de “dejar que 1,000 flores broten” para el área de desarrollo de productos, dejando que los equipos de la compañía diseñen productos con muy poca supervisión.

Disfruté de mucha independencia desarrollando productos como Google Local y Google Maps. Así que, en cierto modo, sentí mucha más libertad como diseñador de productos durante ese tiempo en mi carrera.

Sin embargo, la independencia de “flores brotando” de Google tenía sus límites prácticas: en algún momento la empresa necesitó asignar recursos y decidir cuáles son los productos que en realidad quería apoyar. Los equipos en todo Google vieron cómo sus recursos de ingeniería se reducían, sus lanzamientos eran cancelados, y cómo se forzaban integraciones aparentemente al azar (o al menos al azar desde su perspectiva).

La “independencia” producía una sensación generalizada de derecho y falsas expectativas que se vino abajo en diferentes puntos del ciclo de vida de un producto, lo que llevó a un profundo descontento de parte de muchos de mis colegas.

En consecuencia, al analizar ambas experiencias, a menudo estaba más feliz en Facebook. Mark no solo estaba profundamente implicado, sino también de una manera significativa y transparente. Cambié un poco de independencia por estabilidad, transparencia e inclusión, y fue una experiencia muy gratificante.

Actualidad Laboral / Con información de Gestión Perú