Estás en una entrevista de trabajo y las cosas van bien. Hablas de tus atributos, habilidades y fortalezas con facilidad. Justo cuando crees que tienes el puesto, el director de recursos humanos hace esa temida pregunta: ¿Cuál es tu mayor debilidad? “Esta es una de las preguntas que a la gente le cuesta más trabajo responder”, dice Amanda Abella, una coach de carrera, escritora y conferencista. “La respuesta le dice al entrevistador mucho acerca de tu carácter por lo que, sin duda, tiene un gran peso.”
Andrew G. Rosen, fundador y editor del popular blog de consejos de carrera Jobacle.com, está de acuerdo. “Este es una pregunta obligada para los entrevistadores. Una, aparentemente inocente, que tiene el potencial de exponer rápidamente un gran defecto. Es el Ave María de la entrevista, un último intento desesperado para sacarte de balance. Sin embargo, con un poco de planificación, la mayoría de los entrevistados pueden neutralizar fácilmente esta pregunta; incluso, utilizarla para su propio beneficio.”
No es una pregunta con trampa y no hay una respuesta “correcta”, pero los entrevistadores están buscando algo específico en tu respuesta a esta difícil pregunta. “Los entrevistadores que preguntan acerca de las debilidades en las entrevistas están en busca de ejemplos de, cómo una persona enfrentó sus obstáculos en el pasado”, dice Dylan Schweitzer, director de adquisición de talento de grupo para Enterprise Rent-A-Car. “Todos los empleados tienen defectos, pero cómo lidiaron con el fracaso y han dado pasos para solucionarlos, son indicadores de cómo van a manejar la crítica constructiva en el futuro”, dice.
Las entrevistas están diseñadas para filtrar a los malos candidatos, tanto como para encontrar a los correctos, dice Rosen. “ ‘¿Cuál es tu mayor debilidad?’ es una especie de pregunta tonta, y el entrevistador tiene la esperanza de sorprenderte con la guardia baja, cuando no tienes una respuesta preparada para llevarte a la lona. Esperan que reveles algo que no querías o no esperabas.”
Para garantizar que esto no te suceda, aquí hay algunas sugerencias para que puedas hablar acerca de tu mayor debilidad en una entrevista de trabajo:
Conoce tus debilidades. Penélope Trunk, coach de carrera y autora de Brazen Careerist: The New Rules for Success, escribió en su blog sobre el tema: “Si no conoces tus debilidades, haz una prueba de tipo de personalidad y los resultados te lo dirán. Todo el mundo tiene fortalezas específicas y debilidades específicas. Es bastante seguro que, si no tienes claras tus debilidades, entonces tampoco tienes claros tus puntos fuertes; y, tu valor en la oficina será cuestionable.”
Sé honesto, pero no menciones tus habilidades esenciales. “No des una respuesta mentirosa”, escribe Trunk. “Decir algo como, “Le doy demasiada atención a los detalles” es en realidad una respuesta terrible para alguien que está siendo contratado, precisamente, para prestar atención a los detalles. Significa que tienes un déficit en el área a la que aspiras. La mejor respuesta a la pregunta es la respuesta veraz, porque es muy poco probable que seas contratado por tu mayor debilidad”.
Por ejemplo, un artista de producción podría decir que su debilidad son las finanzas, dice. “¿Y qué si no le gustan las finanzas? No lo están contratando para eso.” Para evitar mencionar una debilidad que, puede borrar tus posibilidades de conseguir el trabajo, revisa la descripción del trabajo para ver qué es exactamente lo que el empleador está buscando.
Habla acerca de cómo has conquistado tu debilidad. “Es mejor que estés preparado para compartir un ejemplo de fracaso anterior o debilidad que hayas convertido con éxito en una fortaleza”, aconseja Schweitzer. “No hables de áreas de oportunidad en la que aún estés trabajando y todavía no has solucionado.”
Otro ejemplo es que, si dices que acostrumbrabas llegar tarde al trabajo pero, ahora por lo general llegas a tiempo. Pues, puedes esperar sentado esa oferta de trabajo, porque no llegará. “El ejemplo de los retrasos necesita tener detrás una historia de cómo un director, mentor o miembro de la familia habló contigo, sobre cómo la puntualidad te afecta como una marca personal y desde entonces llegas temprano a todas las reuniones.
No prepares una respuesta exacta. Por supuesto, quieres estar preparado para todas las preguntas más comunes, especialmente las difíciles como esta. Piensa en tus debilidades antes de tiempo, pero no ensayes una respuesta. Tu respuesta puede cambiar levemente durante el transcurso de la conversación, y no quieres que luzca poco auténtica o ensayada.
Solo discute las debilidades relacionadas con el trabajo. “Siempre asegúrate de que son apropiadas para los negocios”, recomienda Abella. “Las debilidades personales están bien a veces, pero lo que estos chicos realmente están buscando son tus debilidades en el lugar de trabajo y cómo las has superado.”
Evita también el drama personal. “Claro, todo el mundo tiene algunos, pero las empresas quieren asegurarse de que no afectarán tu trabajo si te contratan. Además, se considera completamente inadecuado llevar el drama personal al mundo de los negocios.”
No digas que eres un perfeccionista o trabajas demasiado. Schweitzer dice que las respuestas comunes que son eliminadas de inmediato son: “Soy un perfeccionista”, y “Trabajo tan duro que no me permito relajarme”. Los entrevistadores escuchan estos ejemplos todo el tiempo y, a menudo piden otro ejemplo o simplemente, pasan a la siguiente pregunta sabiendo que preparaste esa respuesta. Usa la pregunta sobre la debilidad como una oportunidad para compartir cómo has superado un reto profesional y cómo ahora eres mejor gracias a él.”
Trunk está de acuerdo en que se debe evitar la respuesta “perfeccionista”: “Si no te están entrevistando para ocupar un puesto en el que debes ser detallista, no es una debilidad creíble. Y si estás siendo contratado para el trabajo a detalle, ser un perfeccionista te hará lento y molesto”.
“Ser consciente de tus debilidades es una buena señal y muestra que sabes dónde están tus límites y no eres un caso más de arrogancia” concluye Abella.
Actualidad Laboral / Con información de Forbes - Jacquelyn Smith