El Gobierno argentino propuso que los empleados estatales se capaciten y rindan exámenes periódicos. La iniciativa consiste en la creación de una universidad para el sector, según la llaman en la Casa Rosada, y apunta a que más de 85.000 personas que trabajan en la administración central realicen cursos para ampliar o mejorar sus capacidades laborales.
El proyecto contará con un presupuesto de $ 60 millones para este año, en el que se ampliarán algunas iniciativas que ya se pusieron en práctica el año pasado.
"Es un cambio profundo, que puede generar algunas resistencias, pero finalmente va a primar el objetivo central, tener una Argentina mejor, en este caso transformando su Estado", afirmó Ibarra en una entrevista con La Nación y sostuvo que la propuesta de capacitación es para que los empleados sean "profesionales".
Entre las claves del nuevo plan de capacitación estará el sistema de premios y castigos (se penalizará a aquellos que no mejoren su formación y se premiará con incrementos salariales por encima de la inflación a aquellos que eleven su desempeño) y que los planes de estudio se centrarán en la tarea actual del empleado, pero incluirán contenidos vinculados con la evolución que pueda tener su carrera.
Pero, ¿cómo funciona la capacitación y el ingreso de los empleados al Estado en otras parte del mundo?
España
La competencia es feroz. Son meses de preparación y estudio. Después hay que pasar un examen de un rigor abrumador. Pero la recompensa suele ser alta: convertirse en funcionario equivale en España a un futuro laboral plácido, con salarios por encima del sector privado, máxima protección contra el despido y jornadas laborales más benignas que la media.
Los aspirantes a un puesto público deben atravesar un proceso de oposición y un curso selectivo en el que quedan muchísimos por el camino. Algunos lo volverán a intentar año tras año hasta lograrlo. Es la única vía de entrar al Estado con carácter permanente. Este año, para la primera oferta oficial de empleo de 3500 vacantes se inscribieron más de 80.000 personas.
Pero si en la selección de personal la vara está alta, el desafío que se han planteado desde hace una década los gobiernos de España consiste en mantener el nivel y el progreso de los funcionarios públicos con el correr de los años.
En 2007 se aprobó un Estatuto Básico del Empleado Público que por primera vez ordenaba establecer mecanismos objetivos de evaluación regular del desempeño de los funcionarios. La lógica es que se establezcan premios y castigos (que podían llegar hasta la expulsión en casos graves).
Sin embargo, hasta hoy no se consiguió reglamentar ese régimen y los sucesivos gobiernos (nacionales y regionales) fracasaron en el intento de pactar la evaluación con los sindicatos de funcionarios.
Un comité de expertos convocado por el Instituto Nacional de Administración Pública (INAP) desarrolló el año pasado una propuesta que ahora es la base del debate. Allí se postula la necesidad de someter a todos los empleados estatales fijos (unos 2,5 millones) a un examen anual en el que se evaluará el rendimiento (sobre la base de objetivos establecidos por su organización), el presentismo, la actitud y la aptitud.
Un punto fundamental, creen los especialistas, tiene que ver con la actualización de conocimientos. El INAP organiza cientos de cursos de capacitación para funcionarios, que no suelen ser obligatorios, pero que pesan a la hora de promocionar a un puesto más alto.
La idea básica de la evaluación es que una nota positiva influya en la parte variable del salario, de modo que dos personas con la misma función puedan ganar diferentes cantidades según su desempeño. También se prevé que pueda servir para definir un ascenso, algo que actualmente sólo se consigue a partir de una oposición.
Francia
Francia es el país de Europa que cuenta con la mayor cantidad de empleados públicos: 5,64 millones, un número más o menos estable desde 1984.
Con escasas excepciones, solo pueden ser empleados públicos los ciudadanos franceses o de algún país de la Unión Europea (UE). Ciertas funciones son, sin embargo, reservadas exclusivamente a los franceses.
"Con escasas excepciones, solo pueden ser empleados públicos los ciudadanos franceses o de algún país de la Unión Europea (UE)"
La forma más común de ingreso de un empleado público es por concurso. Los externos están reservados a los titulares de diplomas específicos, mientras que los internos están destinados a funcionarios y agentes asimilados, que tengan la antigüedad específica requerida.
Esos concursos incluyen generalmente exámenes escritos y pruebas orales de admisión. A veces se solicita un tercer concurso para aquellas personas que ya poseen una experiencia profesional fuera de la administración pública. Los puestos se atribuyen en función de la clasificación obtenida. Hay, sin embargo, ciertos puestos que no requieren concurso. Se trata generalmente de personal poco calificado, acompañado después de la admisión de una formación específica.
Salvo excepción, los empleados y funcionarios públicos son considerados como "pasantes" durante un año, aunque ese periodo puede variar entre seis y 18 meses, si por ejemplo es necesario someterse a una formación suplementaria. Durante ese lapso, y bajo ciertas condiciones, el agente puede ser despedido.
Una vez titularizado, el funcionario o agente público francés prácticamente no puede ser despedido, a menos que se trate de una falta grave, y tiene derecho a una "formación profesional" durante toda su vida profesional.
La regla general es que un funcionario o empleado público es evaluado por sus superiores, y esa evaluación puede influenciar una eventual promoción. Si bien el estatuto de la función pública prevé la evaluación escrita, el método ha sido suplantado con el tiempo por la notación verbal.
Uruguay
El ingreso de funcionarios públicos se realiza mediante llamados a interesados y si es para cargos que exigen determinado nivel de estudios se realizan concursos. En cuanto al empleo de obrero se realizan sorteos.
Los llamados comunes se canalizan a través de "Uruguay Concursa", que es el portal de ingreso al Estado en carácter de funcionario. En ese portal se puede acceder a los concursos de la Administración Pública.
Los funcionarios no tienen exigencia estudios para mantener el cargo, pero en algunos casos según el puesto que ocupa hay disposiciones de exigencia de capacitación.
El director de la Oficina Nacional de Servicio Civil (ONSC), Alberto Scavarelli, dijo a La Nación que el Estado uruguayo prepara la expedición de títulos universitarios para algunos cursos especiales que se preparan en la Escuela Nacional de Administración Pública (ENAP). En ese instituto, el Estado dicta cursos y seminarios de capacitación permanente.
Pero en general, los funcionarios no tienen obligación de hacer cursos, lo que sí puede alcanzar a determinados cargos.
Italia
Para acceder a un empleo público en Italia es necesario antes participar y ganar un concurso, es decir, pasar un examen determinado con la mejor nota. Desde 1957 existe la Escuela Nacional de la Administración (Scuola Nazionale dell'Amministrazione, SNA), cuyo fin es seleccionar los cargos de más responsabilidad de la administración pública y proveer a su continua formación, a través de diversos cursos, para promover la excelencia de la acción administrativa.
Actualidad Laboral / Con información de La Nación