De acuerdo con los resultados de un reciente estudio llevado a cabo por Gallup, con el objetivo de analizar qué percepción tienen los profesionales acerca de cómo gestionan las empresas su salida de la organización, menos de la mitad de los empleados encuestados (45%) afirman estar satisfechos con la forma en que su compañía manejó el proceso.
Cuando un profesional, por la razón que sea -despido o salida voluntaria- se marcha de una empresa, la forma en la que la organización gestiona dicha salida es vital ya que, según un estudio de Gallup, una mala experiencia en este proceso puede “erosionar la marca empleadora”.
Este impacto negativo tiene, además, consecuencias directas en la capacidad de la compañía para atraer a ese talento que es clave en la era digital, así como en el nivel de retención de aquellos profesionales que permanecen en la organización, dado que también puede llegar a afectar a la moral interna del equipo e, incluso, a la reputación que los clientes tienen de la marca.
En este sentido, los datos de la investigación de Gallup lo avalan: los empleados que tienen una experiencia de salida positiva, tienen 2.9 veces más probabilidades de recomendar su organización a otras personas de su entorno, que aquellos que tienen experiencias negativas o neutrales. En esta línea, otro estudio apuntaba que las malas experiencias –ya sea como candidato, empleado o ex trabajador- también definen la intención de compra de aquellas personas que son conocedoras de la situación.
De esta forma, el "Informe Talento Conectado. Nuevas realidades del mercado de trabajo", elaborado por Infoempleo con la colaboración de EY, concluía que el 53% de los 4.814 trabajadores encuestados afirmaba haberse replanteado solicitar un empleo en una empresa, al conocer una opinión negativa, lo que pone de manifiesto la importancia que tiene la imagen y la reputación digital.
No obstante, la gestión de la salida de un empleado de la compañía no es fácil y, por ello, desde Gallup han revelado tres formas de mejorar dicha experiencia:
Trabajar la comunicación. Según Gallup, el hecho de que el profesional que se va a marchar hable con un compañero antes de su renuncia, con su responsable directo o con el líder de la empresa, en los tres meses anteriores a su partida, acerca de su satisfacción laboral, futuro y necesidades, incrementa en un 85%, las posibilidades de tener una experiencia de salida positiva. Según detalla el estudio, hacer saber que la organización hizo todo lo que pudo para evitar su fuga, genera un buen recuerdo de la misma.
Invertir en reconocimiento. El estudio de Gallup revela que los empleados que están orgullosos de su trabajo tienen un 61% más de probabilidades de tener una experiencia de salida positiva. Pese a ello, menos de la mitad de los ex trabajadores (40%) manifiestan estarlo. De ahí la importancia de que la organización sepa reconocer y hacer visible la contribución que hace cada profesional al negocio.
Crear embajadores de marca externos. Una "mala ruptura", publicada en las redes sociales o en plataformas como Glassdoor, puede tener consecuencias para la empresa en términos de atracción y retención de talento. Por ello, Gallup recomienda desarrollar las mejores relaciones post-empleo posibles, lo que significa “pensar en el valor de su reputación con los empleados después del empleo”. En este sentido, su estudio indica que solo el 12% se consideran parte de la red de ex empleados de su organización anterior.
Actualidad Laboral / Con información de Equipos y Talento