Hay muchas personas, más de las que crees y lo muestran, que se ponen muy nerviosos ante situaciones en las que tienen que hablar en público. Pronunciar un discurso, presentar un proyecto o dar una conferencia se convierte en un infierno para ellos, y más si se enmarca dentro de un evento relevante.

Ser un buen orador no es una habilidad que tengas que tener dominada desde nacimiento. Controlar cualquiera de estas situaciones se puede aprender de una forma muy sencilla y, una vez aprendida la lección, lo demás ya es coser y cantar. Además, como hombre de éxito en los negocios, deberás enfrentarte a otros momentos cotidianos en el trabajo en los que tendrás, por ejemplo, que dirigirte a tu equipo.

Presta atención a estas claves y conseguirás conquistar a tu audiencia con una capacidad de oratoria que deje a los asistentes con la boca abierta (y no de sueño, precisamente).

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Exprésate con sencillez. Expón en uno o dos enunciados las ideas principales de tu alocución porque así la audiencia las podrá captar mejor.

Ensaya muchas veces tu ponencia. Cuanto mejor te lo sepas, más seguro estarás y, por lo tanto, menos nervioso.

Busca soluciones ante posibles problemas. ¿Te quedas en blanco? Lleva tarjetas o notas. ¿Se estropean los medios audiovisuales? Opta por un plan B en el que no sean necesarios.

Antes de empezar, convéncete de que no tienes nervios. Es la mejor forma para olvidarte de ellos y que no sean un espectador más de tu presentación.

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Relájate, respira y a por ello. Haz unas cuantas respiraciones profundas que te permitan relajarte y afrontar el momento con calma.

Estructura tu mensaje. Lo mejor para evitar nervios, es tener claro qué vas a decir en todo momento. Para ello, lo mejor es que organices tu discurso en introducción, nudo y desenlace y así no dudes.

No te martirices antes de empezar. Evitar crear una situación de tensión innecesaria y, aunque resulte difícil, controla esos pensamientos que te causen miedo.

Evita bebidas con cafeína. Aunque parezca algo obvio, este tipo de bebidas debe estar desterradas para ti unas horas antes de hablar en público ya que su efecto estimulante aumenta la tensión muscular, y con ella, el nerviosismo y la ansiedad.

Actualidad Laboral / Con información de Forbes