¿Agobiado/a ante la vuelta a la rutina? Regresamos después de semanas de desconexión y descanso a meses de disciplina, de horarios estrictos, esfuerzos y menos tiempo libre para pasar en compañía de familiares o amigos. El ruido de las olas y la sensación de libertad quedarán en nuestro recuerdo hasta las próximas veces, pero el síndrome postvacacional no debería gobernar nuestra vuelta.


El cansancio, los dolores musculares, las dificultades para concentrarse, la ansiedad, el sentimiento de nostalgia y la pérdida de motivación pueden disminuir favorablemente si adoptamos una actitud positiva que nos permita superar todo tipo de obstáculos, ya sean físicos o mentales. Por ello, ante un posible estado de desánimo derivado de la reincorporación al entorno laboral, traemos siete motivos que pueden hacer más ameno tomar las riendas en el puesto de trabajo.


No regresar un lunes al trabajo


Buscar un hecho motivacional como regresar al puesto de trabajo un día de la semana que no sea el primero puede ser un punto favorable. La recomendación, en caso de ser posible, es volver a la rutina un jueves o viernes, días que están pegados al fin de semana. Este hecho genera que se reduzca la ansiedad y el estrés a la hora de pensar que no queda toda una semana por delante desde que nos incorporamos. También es muy recomendable volver de las vacaciones dos o tres días antes de comenzar la jornada laboral para poder tomar conciencia de los cambios que van a producirse en un corto período de tiempo.


Hacer planes de ocio


Tras la vuelta a la rutina, realizar actividades con familiares o amigos fuera de tu horario laboral es una forma de motivarse para coger con mejor energía la carga de trabajo. No hay nada como tomarse algo con las personas que más quieres, mantener conversaciones con ellas sobre tu día a día, tus inquietudes, tus sueños y preocupaciones. En referencia a este hecho, es normal salir del trabajo cansado/a y sólo tener ganas de irse a casa. De ser así, dedícales tiempo los fin de semanas porque no hay nada mejor que asumir responsabilidades laborales mientras cuentas los pocos días que faltan para volver a ver a tus seres queridos.


Regular el horario de sueño


Acostarse temprano y dormir mínimo 8 horas diarias es lo más aconsejable cuando toca volver a la rutina. El cansancio de no haber dormido las horas necesarias tiende a producir dificultades para concentrarse. Si tienes un horario de sueño regulado, es mucho más fácil obtener un mayor rendimiento en el puesto de trabajo y estar con los cinco sentidos bien puestos.


Probar cosas nuevas o hacer ejercicio físico


Uno de las recomendaciones más satisfactorias es realizar ejercicio físico, pero hay personas que no son capaces por sí solas de andar, correr o meterse en un gimnasio. Y más después de una intensa jornada laboral. Pero para esto están los hobbies. Encontrar uno o varias cosas que puedan incentivar la creatividad y hacernos sentir productivos es una buena forma de comenzar con buen pie la vuelta a la rutina.


Modula el rendimiento y vive el momento


Hay que destacar también la importancia de moderar el rendimiento, no ir a tope, ni con las actividades laborales, ni con las que se realizan fuera del entorno laboral. Hay que vivir el momento y saber que sin prisa, pero sin pausa, las cosas salen. No hay que planificar las cosas que no necesiten una planificación previa, al menos no a largo plazo. Verbaliza con tu alrededor siempre los sentimientos negativos que puedan invadir tu mente y «saca» lo positivo a lo negativo de estar en donde estás.


Realizar hábitos saludables


Evita las comilonas de las que has sido víctima durante tu período de vacaciones, el consumo de alcohol y sustancias que puedan ser nocivas para la salud. Bebe agua en abundancia y mantén un control, tanto en frutas como en verduras. El cuerpo terminará por agradecerlo.


Valora tu empleo


A día de hoy no es tan fácil encontrar empleo y mucho menos de lo que verdaderamente nos gusta o estudiamos por vocación. Si eres uno de los afortunados, valóralo. En caso contrario, intenta poner en una balanza el lado positivo y negativo del lugar en el que estás. Mantén una actitud positiva, márcate objetivos y retos, pero no te exijas el máximo en los primeros días. Afronta con ilusión el trabajo y conversa con tus compañeros. Su feedback sobre sus experiencias durante sus vacaciones y su regreso a la rutina pueden ayudarte a sobrellevarlo con optimismo.


Actualidad Laboral / Con información de Ipmark