Hay diversas situaciones que desde hace un largo tiempo ya existían en las empresas, sin embargo, no se les había dado un nombre debido a que no tenían la atención debida en los efectos que generaban, situación que cambió tras la llegada de la pandemia de Covid-19 que obligó a llevar la oficina a la casa, provocando que esta se hicieran más notorias.
Uno de los ejemplos más claros es la atención que ahora tienen los llamados empleados zombies, también denominados como trabajadores ausentes, actitud que puede tener su origen tanto en un comportamiento de la propia persona como en determinaciones tomadas por las empresas, por lo que si te acabas de cuestionar si eres parte de esta estadística aquí te contamos más al respecto.
¿Qué son los trabajadores zombies?
Este nombre le es dado a aquellos empleados que son ausentes emocionalmente, pues si bien se encuentran presentes en su lugar de trabajo, sus miras profesionales e incluso su atención se encuentra en otro lugar; esta condición fue presentada en un estudio encabezado por Aon Hewitt, quien indicó que más del 39 por ciento te los empleados sienten nulo o moderado compromiso con sus trabajos.
Dicha problemática es una de las responsables de que exista una mayor rotación de personal, más absentismo y por consiguiente una menor satisfacción con el ambiente laboral lo cual termina afectando la satisfacción del cliente; por su parte un trabajo realizado por Gallup arrojó que cerca del 64 por ciento de los empleados afirman no sentirse comprometidos con el fin de su empresa.
Es por este motivo que el único interés de este tipo de trabajadores radica en cumplir con su jornada laboral y recibir un sueldo, aunque no todo es culpa de los empleados, pues también lo atribuyen a un bajo reconocimiento de sus valías, así como a la mala relación que sostienen con sus mandos intermedios y superiores, en tanto que del 36 por ciento restante, un 15 por ciento se identifica en esta categoría.
¿Quiénes son los trabajadores que más caen en este fenómeno?
Por otra parte, aunque pudiera pensarse que los trabajadores menos comprometidos son los más propensos a adoptar estos comportamientos, los diversos estudios que se han realizado al respecto han arrojado que suelen ser los mejores elementos de una empresa los que terminan por sufrir esta transformación, a partir de la desmotivación de no ser reconocidos ni valorados.
Es por ello que con el paso del tiempo terminan por tener la capacidad de cumplir con sus actividades de manera automática, sin pasión ni compromiso, es por ello que los especialistas aseguran que estos trabajadores no están realmente vivos y por consiguiente no presentan participación y entusiasmo, permaneciendo allí porque tienen que estar y no porque lo quieran.
Finalmente, los principales detonantes son los jefes cuando suelen caer en errores como la falta de comunicación y reconocimiento, la carga de trabajo excesiva que con el tiempo puede llevar al agotamiento, la falta de desarrollo profesional, así como una cultura laboral tóxica, factores que terminan por afectar la productividad y la moral de los colaboradores.