Los trabajadores con más antigüedad en una organización y con tareas más rutinarias pueden ser los más afectados por la transformación de los puestos de trabajo ante el impacto de la automatización de procesos.


El futuro del trabajo bien podría evocar algo retórico en un contexto donde cada vez es más común ver el impacto de la automatización y digitalización es nuestra vida cotidiana: cajas de cobro automatizadas, chatbots atendiendo a clientes, inteligencia artificial filtrando CV’s. Estos cambios implican la transformación de empleos y la creación de nuevas oportunidades laborales para las cuales se demandan nuevas competencias.


El Foro Económico Mundial (WEF) estima que un poco más del 50% de los trabajadores van a necesitar desarrollar nuevas habilidades ante el impacto de la tecnología en el mercado laboral. La organización pronostica que para el 2025 las máquinas serán capaces de hacer la mitad de las actividades que hoy realizan los humanos.


“La transformación digital y la pandemia han acelerado los cambios en la vida laboral. Ahora nuestras habilidades pueden quedar obsoletas más rápido. En este escenario, las personas que han estado en el mismo rol durante años, o incluso décadas, pueden sufrir más, ya que un impulso importante para mejorar el conocimiento se produce, la mayoría de las veces, cuando estamos cambiando de puesto o de empresa”, opina Débora Mioranzza, vicepresidenta para América Latina y el Caribe en Degreed.


Paradójicamente, el estudio Adaptabilidad laboral post-pandemia en México de OCC Mundial muestra que a mayor edad disminuye la motivación por la actualización y la capacitación. Entre los trabajadores jóvenes, el 25% de ellos suele valorar el entrenamiento en el espacio de trabajo, la proporción disminuye a 19% entre los colaboradores de más de 50 años y es de 1% para quienes tienen entre 40 y 49 años.


Para Débora Mioranzza, los empleadores deben adoptar un enfoque especial para las personas trabajadores que tienen mucha experiencia y, en muchas ocasiones, resistencia a desarrollar nuevas habilidades. ¿Qué hacer en este contexto? La ejecutiva recomienda lo siguiente:


Adaptar el entrenamiento


No todas las personas aprenden de la misma forma. Al interior de las empresas esto implica comprender la experiencia de aprendizaje de estos trabajadores y adoptar la metodología que mejor les funcione (libros o podcasts, blogs o cursos, etc.).


Definir las competencias adecuadas


Cada organización pasa por un proceso de transformación diferente y, naturalmente, esto cambia las habilidades necesarias para sus empleados. “Algunas empresas pueden necesitar más formación en habilidades humanas, como desarrollar el trabajo en equipo, mientras que otras necesitarán más formación técnica, como en blockchain, por ejemplo”.


Implementar una estrategia de comunicación focalizada


Cuando un empleado ha estado en el mismo rol por un tiempo, puede sentir que conoce la mayoría de los entresijos de su trabajo. Esto puede hacer que se aleje de cualquier sugerencia para aprender más. “Adaptar la comunicación de acuerdo con la antigüedad del profesional puede ayudar a mejorar el compromiso”, apunta la vicepresidenta para América Latina y el Caribe en Degreed.


Explicar el por qué con claridad


Si alguien ha estado en el mismo puesto durante décadas, es posible que no entienda por qué necesita perfeccionar sus habilidades. Explicar los cambios y sus impactos puede ayudar a alentar al empleado a participar en las oportunidades de aprendizaje.


Capacitación laboral, un ejercicio de ganar-ganar


La firma VenturesSoft define el entrenamiento de las personas como un “ganar-ganar”. Esto es porque “las compañías se benefician al tener equipos capacitados y las personas aumentan su hoja de vida adquiriendo nuevas habilidades y potenciando las que ya tienen”.


En un contexto de transformación digital, el desarrollo de nuevas habilidades hace que la adopción de la tecnología sea más efectiva y con menos complicaciones. Algunos beneficios de apostar por la capacitación laboral, de acuerdo con la firma, son:




  • Mejoramiento de la productividad

  • Menor rotación de personal, reduciendo costos

  • Reducción de tiempo para cubrir nuevas vacantes

  • Adaptación a los cambios de la tecnología, reduciendo la brecha digital

  • Menor curva de aprendizaje

  • Aumentó en la fidelidad del talento


En este tenor, un análisis de Ubits revela que los retos más grandes para las empresas en materia de capacitación laboral son garantizar que las personas participen y completen los programas educativos, optimizar el presupuesto y adaptarse a un nuevo modelo de entrenamiento.


El entrenamiento focalizado, señala la plataforma educativa, no sólo ha permitido que las personas tengan un ascenso, el desarrollo de nuevas habilidades también ha permitido que mejoren su desempeño en sus funciones actuales. Sin embargo, los presupuestos destinados a capacitación laboral aún son bajos en Latinoamérica en comparación con lo que invierten compañías de economías desarrolladas.


Actualidad Laboral / Con información de El Economista mx