El último Reporte de Indicadores de Género en las Empresas 2021, mostró que las gerencias femeninas de primera línea se mantuvieron en 21% durante el 2021 y en el caso de los directorios, subió de un 10,5% del 2020 a un 12,7% el año pasado. La buena noticia es que hay una leve mejoría y reconocimiento a estos talentos.
Desde esta perspectiva, Jeanine Kenigstein - Co-Founder y Head Coach en LEAP, startup dedicada a la transformación cultural, hace la pregunta: ¿Cómo podemos aumentar las oportunidades para que más mujeres sean líderes?, y para responder esta inquietud, la ejecutiva basada en su experiencia como emprendedora y con equipos multidisciplinarios, desarrolló un decálogo para contribuir en el mejor posicionamiento de líderes y talentos femeninos:
Cultiva la Resiliencia: es lo único que te permitirá afrontar situaciones difíciles, levantarte y salir fortalecida.
Opera desde la lógica de “estar al servicio”: el concepto de “líder como servidor” es aún más natural en mujeres líderes, y debemos asegurarnos de no perderlo en el camino.
Apalanca tus fortalezas: todos tenemos fortalezas y debilidades. Ser conscientes de ambas, pero jugar desde donde somos fuertes es el camino más probable para llevarte a una carrera exitosa y sostenible.
Toma Riesgos: en muchos casos, lo que detiene el crecimiento de las mujeres en posición de liderazgo es el miedo. Reconocerlo, sin dejar que nos paralice, nos permitirá ser audaces y ganar confianza para dar el gran salto.
Encuentra Mentoras/es: ningún líder llega a la cima sólo. Ármate con un red de personas potentes, que te ayuden a ver perspectivas diferentes, que compartan sus experiencias y te den espacios de confianza para navegar tus vulnerabilidades.
No te compares con otros/as: compararte con otros es la receta perfecta para cercenar la creatividad. Cada uno hace su propia historia, y tu camino no tiene por qué ser igual al de otro. De hecho, ¡ojalá no lo sea!
Practica tu feminidad en el liderazgo: “No soy mandona, sólo tengo habilidades directivas” es una frase típica de Sheryl Sandberg, fundadora de Lean In y ex-directora operativa de Meta. Muchas mujeres en posiciones de liderazgo tienden a ir perdiendo la amabilidad y cercanía propias de la feminidad en la medida que se ven desafiadas a probar su autoridad. Y al hacerlo, pierden justamente el poder del liderazgo realmente femenino.
Aprende a decir “No”: como mujeres, nos vemos muchas veces tentadas a querer cumplir con todo y dar en el gusto a todos los pedidos que recibimos desde múltiples frentes (no sólo el profesional). Aprender a decir “No” sin sentirse culpables, siendo asertivas y cuidando de no transgredir valores centrales es clave.
Practica la gratitud, todos los días: es muy fácil ver todo “lo que no tengo, lo que me falta”. Esa percepción de insuficiencia quita poder y merma la confianza. En cambio, practica la gratitud por lo que sí tienes y siéntete orgullosa de lo que has logrado.
Cuida de ti misma: aquí no hay mejor metáfora que la que nos dan los viajes en avión “ponte la mascarilla de oxígeno primero, para luego poder ayudar a otros”. Sólo si tú estás bien, podrás ser una líder efectiva para otros.
Sumado a este manifiesto, la ejecutiva también plantea que los entrenamientos para el desarrollo laboral que se realizan a los equipos pueden minimizar las brechas ya que hombres y mujeres se preparan juntos para apalancar fortalezas y debilidades como profesionales y conectarlas con las de los demás y así, articularse para afrontar los desafíos de las organizaciones.