Las redes sociales se han ganado un espacio en las empresas, ya sea como medios de difusión interna o para reclutar talento. Es así como LinkedIn, Facebook y hace poco años Instagram y TikTok -para las jóvenes generaciones-, se han instalado como alternativas a las plataformas de selección de personal de cada compañía. Programas de referidos -instancia en la que los actuales colaboradores recomiendan a conocidos o amigos para ciertos empleos- y los portales de trabajo externos a los que acuden las empresas. De esta forma, cuando se busca talento, las empresas hacen uso de las redes sociales para captar personal, pero también para monitorear su perfil; lo que permite saber, de cierta manera, si calzará o no con la cultura de la organización.

“Lo que se publica en estas redes es un reflejo del carácter de una persona, lo que permite observar cómo se expresa, el tono que usa y la capacidad de empatizar; y así, considerar diferentes puntos de vista, su flexibilidad, entre otros aspectos. A cada posteo, entregamos información valiosa de nosotros mismos, creando una imagen de nosotros”, dice Caio Arnaes, director asociado de la firma de reclutamiento Robert Half Chile.

Para Carlos Henríquez, director comercial de la empresa de recursos humanos SOS Group, si al monitorear las redes sociales de un postulante, “el reclutador ve que este es intolerante, probablemente lo descarte, porque podría ser irrespetuoso con colegas en materias de trabajo”. De hecho, en los últimos años se han dado casos de contrataciones frustradas por comentarios en redes sociales. La revista de moda Vogue, por ejemplo, canceló el nombramiento de la reportera política Alexi McCammond como editora en jefe de su edición Teen Vogue en marzo de 2021, tras descubrirse que años atrás había hecho comentarios homofóbicos en Twitter.

Cuidado con lo que publicas



Pero, ¿se siguen revisando las redes sociales una vez que el candidato es contratado? Si bien no se suele monitorear el perfil de los empleados vigentes en este tipo de plataformas; cabe recordar que los profesionales representan en todo momento, a las empresas donde trabajan. Y sus dichos tienen relevancia, porque reflejan convicciones, ideas y posiciones ante una infinidad de asuntos. Por lo que, “si un colaborador menciona en redes sociales a la empresa donde trabaja, aunque sea de forma involuntaria, puede comprometer no solo su imagen personal, sino que a la organización a la que pertenece”, dice Arnaes.

Un claro ejemplo fue el despido de un trabajador de la empresa estadounidense Tesla en marzo de este año. Quien publicó en su canal de YouTube, un video revelando algunas fallas del software FSD Beta o full self-driving, el sistema de conducción autónoma de la compañía. De ahí que se recomiende, que los trabajadores tengan cuidado con lo que publican, y asuman que hay compañías que sí pueden estar monitoreando lo que dicen. Sin embargo, para varios empleadores, lo que el futuro empleado menciona en sus redes sociales, no debería tomarse en cuenta a menos que interfiera en su desempeño.



En cambio, cuando se trata de cargos estratégicos o actores relevantes, como altos ejecutivos, voceros o embajadores; el monitoreo de sus perfiles en medios sociales, puede ser mucho más permanente. “En cargos de mayor responsabilidad, donde también están en juego aspectos de mayor confidencialidad. Por ejemplo, no hay especificaciones claras, pero no sería raro advertir un monitoreo que busque resguardar temas, que puedan implicar problemas con la imagen pública de una empresa”, dice Arnaes.

Entonces, los medios sociales no suelen ser revisados a menos que se trate de cargos relevantes. Podrían utilizarse como prueba en una investigación por actividades ilegales, comentarios discriminatorios o acosadores, o si el colaborador ha mentido sobre su historial laboral y sus destrezas. En estos casos, Henríquez, de SOS Group, dice: “Legalmente ninguna empresa puede amonestar ni despedir a un colaborador por publicar su pensamiento, pues se debe respetar la libertad de expresión. Las empresas, por ejemplo, pueden promover una cultura de tolerancia y no discriminación; pero no pueden sancionar a un colaborador que en sus redes sociales, realiza comentarios intolerantes o discriminadores”.



A lo que Federico Gelblung, customer success team de la empresa especializada en RR.HH. y empleabilidad VISMA Latam; complementa diciendo que una publicación desafortunada, puede causar tensiones y quejas en el trabajo, o dañar la reputación de la misma empresa. Y a veces, incluso generar demandas o medidas regulatorias internas. Sin embargo, “la mayoría de lo que las personas publican no tiene relación con el trabajo, y no deberían ser seguidos de cerca, a menos que haya un motivo claro para sospechar de la existencia de actividades ilícitas”.

De políticas a manuales de convivencia



Algunas empresas establecen pautas y políticas sobre el uso de redes sociales. Donde se entregan lineamientos relativos al comportamiento esperado, en la interacción y convivencia social en medios digitales. “Las empresas sí podrían, a través de circulares o newsletter internos, entregar sugerencias para tener una sana convivencia entre colaboradores en redes sociales y promover un buen clima laboral: cómo evitar descalificaciones a compañeros de trabajo, o comentar públicamente dificultades de convivencia laboral entre personas que trabajan en una misma compañía”, señala Henríquez.

En general, se sugiere que se norme la revisión de lo que publican los trabajadores; pero también que se les instruya, mediante directrices, sobre cómo comportarse en ese ambiente. "Es importante generar conciencia al respecto, advertir sobre los alcances que puede tener una publicación, la posibilidad de generar una crisis o revelar datos críticos. Las relaciones entre diferentes compañeros de trabajo, incluyendo jefes y subalternos, no está mal, es necesaria y aporta valor en muchos casos. Solo hay que saber manejar las cosas”, dice Arnaes.

Junto con la interrogante de si subir o no ciertas publicaciones, para algunos trabajadores la duda está en cómo actuar en situaciones tan cotidianas, como si aceptar o no al jefe en redes sociales. En este caso, si bien las empresas no pueden prohibir este tipo de interacción social ni obligar a sus colaboradores a hacer públicos los perfiles; “sí pueden sugerir o entregar ciertos lineamientos, acerca del comportamiento esperado en la interacción o convivencia social digital”, añade Henríquez.

¿Cómo usar redes sociales en el trabajo?



Pero, ¿qué deberían hacer los trabajadores para evitar posibles problemas a futuro en sus empresas? Natalia Terlizzi, CEO de la consultora de origen argentino Hucap, entrega algunas recomendaciones:

-Prestar atención a la configuración en redes sociales. Debido a que las empresas están usando cada vez más estos medios para contratar, las personas deben revisar su configuración; teniendo claro que todo lo que se publica en un estado público y no privado, puede ser juzgado. Como información que no siempre es del agrado empresarial: comentarios xenófobos o discriminatorios o hechos socialmente no aceptados, por ejemplo.

-Lo útil: “Tanto las referencias de nuestra red de contactos y lo que las personas publican en sus redes; son útiles a la hora de complementar las entrevista y curriculum, que son los elementos “objetivos” que evaluamos”, dice Terlizzi.

-No mezclar lo laboral y personal: Es muy importante tener diferentes redes sociales, que no mezclen lo laboral y lo personal. “También es aconsejable, que los perfiles personales puedan ser privados, y que la persona sea quien elija a quién brindar acceso o no a esa cuenta”, indica la CEO.

-Reglas claras. En caso de existir grupos en redes sociales como Facebook o WhatsApp, donde se tiende a suplir las comunicaciones que antes se realizaban vía email y telefónica. En este caso, es preferible que existan reglas claras de qué temas se pueden tratar y cómo hacerlo.

-Empresas conscientes y coherentes. Los futuros trabajadores también revisan las redes sociales de las compañías, por lo que se aconseja estar evaluando: la marca empleadora, la cultura organizacional, el clima laboral, su responsabilidad social empresaria y cuidado del medio ambiente. “Deben tener esto presente, de cara a fortalecer su marca empleadora y atraer y retener al mejor talento”, concluye.

Actualidad Laboral / Con información de América economía