La capacidad de las políticas públicas actuales y el desplazamiento de trabajadores ante el avance de la IA son aspectos que evaluará el Departamento del Trabajo de EU, lo que podría marcar un precedente en la regulación del uso de esta tecnología en el mundo laboral global.
El gobierno de Estados Unidos emitió hace unos días una orden ejecutiva para analizar el impacto de la inteligencia artificial (IA) en diversos rubros, entre ellos, el mundo del trabajo. Esta acción se suma a otros esfuerzos regionales, como el de la Unión Europea (UE), para diseñar políticas públicas y normas para regular el uso de esta tecnología y proteger a los trabajadores.
El Departamento de Trabajo de Estados Unidos (DOL, por su sigla en inglés) tendrá 180 días para presentarle al presidente Joe Biden un informe sobre los efectos de la IA en el mercado laboral, así como la capacidad del gobierno para apoyar a los trabajadores desplazados por la incorporación de esta tecnología.
Ante este contexto, se deberán evaluar también políticas públicas y medidas legislativas para apoyar a la fuerza laboral que pueda verse afectada ante las transformaciones que generará la inteligencia artificial en las ocupaciones.
“La inteligencia artificial tiene un impacto directo en lo laboral y en lo social. Nos está rigiendo en todo, hay que hacer algo, hay que regularlo, primero comprenderlo en su alcance y después regularlo”, dice Mauricio Reynoso, director general de la Asociación Mexicana en Dirección de Recursos Humanos (Amedirh).
Además del análisis del impacto en el mercado laboral, el DOL diseñará, en coordinación con sindicatos y trabajadores, principios y mejores prácticas para las empresas para responder a los siguientes escenarios:
Para José Luis López Carmona, consultor de Recursos Humanos e investigador de temas relacionados con el Futuro del Trabajo, la IA en los mercados laborales plantea desafíos como la calidad de los empleos, la protección de datos, la privacidad de las personas y la desconexión digital.
“Ahora mismo en la Unión Europea estamos discutiendo una ley que regulará este tema, en concreto, uno de los puntos claros es lo que tiene que ver con las condiciones de trabajo”, señala el especialista.
Este año, la Unión Europea anunció la propuesta de una normativa para el uso de la IA, la cual plantea una clasificación de riesgos para la salud, seguridad y derechos fundamentales, entre estos se encuentra el mundo del trabajo.
“La prioridad del Parlamento es garantizar que los sistemas de IA utilizados en la UE sean seguros, transparentes, trazables, no discriminatorios y respetuosos con el medio ambiente. Los sistemas de IA deben ser supervisados por personas, en lugar de por la automatización, para evitar resultados perjudiciales”, señala el parlamento europeo.
Desde la perspectiva de Mauricio Reynoso, la IA plantea una evolución del empleo más allá de un escenario de destrucción, pero requiere de reglas claras en algunos aspectos, uno de ellos es la ética y la privacidad de datos.
“El respeto de la privacidad y de los datos es un tema que se debe atender, tiene que haber una regulación muy estricta, bien definida y planteada en la realidad de lo que implica el mundo digital”, apunta.
Para el director general de Amedirh, la acción del gobierno de Estados Unidos es un buen paso y puede orientar en la elaboración de reglas claras para el uso de la IA. “Seguramente ya se dieron cuenta de que algo no está bajo control y debe controlarse. Este tipo de iniciativas confirman que hay una necesidad de asomarse a ver lo que está pasando”.
La IA y su potencial en el trabajo
De acuerdo con estimaciones de McKinsey Global Institute (MGI), la IA puede elevar la productividad laboral en el mundo entre 0.2 y 3.3.% anual, esto dependerá del nivel de adopción de la tecnología y la redistribución de horas de trabajo en otras actividades. Una buena parte de este crecimiento se vincularía con la IA generativa, la cual se popularizó con la llegada de ChatGPT.
“Es importante centrarnos en cómo mejorar la calidad del empleo a través de la inteligencia artificial, por ejemplo, el incremento de la flexibilidad interna en las empresas, teletrabajo, modelos híbridos. El nuevo entorno digital de trabajo facilita que lo que antes sólo se podía aprovechar en algunas ocupaciones hoy se extienda a diversas actividades y más empresas”, expone José Luis López Carmona.
Y aunque la IA tiene un alto potencial para mejorar el empleo, el desarrollo de nuevas competencias entre los trabajadores es parte de la fórmula tanto para mantenerse competitivo en el mercado laboral como para aprovechar estos avances tecnológicos.
Bain & Company ha nombrado como “fuerza laboral aumentada” al fenómeno del fortalecimiento de habilidades humanas en los trabajadores, lo que permitirá agregar más valor en otras funciones en un contexto de automatización.
Actualidad Laboral / Con información de El Economista México